El pasado se compone de sombras, el futuro de estrellas por descubrir y para llegar allí necesitamos mirar al blanco del supremo llamamiento, las sombras no dejarán de perseguirte, por ello corre, avanza veloz, la sombra que no ves, no existe, los aplausos callan muchas críticas, sigue volando, las miradas de aprobación silencian los ruidosos ecos de acusación, no te detengas, aumenta la velocidad y elévate, el choque de los vientos contrarios se impone tenaz sobre el bullicio de la mediocridad, entonces profundiza y esfuérzate hasta lograr llegar al punto sin retorno, llega y escucha la voz del único que puede decirte para qué has llegado tan alto, ¡Dios! Y a partir de ello reconoce que quien nunca ha llegado hasta allí pero le obedece, ¡te habrá superado con creces.