Al cursar un año lleno de expectativas y retos, nos toca agregar fe y velocidad a nuestras metas. No obstante, nos convertirnos en prototipo de emprendedores, nos auto-convencemos, y sin cuestionar motivos nadie contradice un “aparente rotundo éxito”, menos si los vientos son favorables. Lo cierto es que perdemos velocidad, desinflando la actitud que lidera nuestras rutinas cuando un componente inesperado comienza a desencajar. Es así como vemos proyectos pospuestos y prometedoras ideas desarticularse. Esfuérzate pero combínalo con valentía, no retrocedas convirtiendo tus sabias decisiones en tus “mejores intenciones”. Progresar es de fuertes, persistir de valientes. Tu consistencia es osadía que triunfa, tu fe es certeza que conquista y tu perseverancia, poder que resiste. Sé consistente, Dios siempre patrocina gente esforzada y valiente.

Posted in Rosas para el alma

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas