La justicia ha sido deficiente y cara, no se puede decir otra cosa. Es mejor llegar a acuerdos amigables antes de someterse a la tortura de esperar a que los tribunales evacuen sentencias años después, de que los jueces se reservan los fallos de los expedientes que conocen en sus jurisdicciones. Y ni hablar de los reenvíos de audiencia que alargan el proceso. Sin embargo, hemos tenido una SCJ capaz, honesta, trabajadora y digna. Solo para señalar los últimos miembros, recordemos el trabajo realizado por Jorge Subero Isa, Mariano German y Luis Henry Molina sin olvidar a Milton Ray en el Tribunal Constitucional. Todos presidentes capacitados que han administrado con pulcritud a pesar de que ninguno de ellos surgió de la carrera judicial.

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