Los candidatos presidenciales siempre han sabido manejar diversas situaciones que se presentan con los comunicadores y periodistas. Por ejemplo, si un periodista trabajó para Leonel con Rafaelito Núñez o si trabajó con Danilo y Marchena o Gonzalo no necesariamente tiene que ser contratado en la campaña de Leonel o Abel porque esta vez ambos candidatos no disponen del dinero que antes tenían y del que hoy dispone Luis Abinader. Los candidatos de la oposición saben que ninguna inversión que se haga en comunicadores cambiará los resultados electorales que vendrán. Además, saben que el dinero de la política no vuelve a la política; nadie es pendejo.