El anuncio del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. sobre la devolución de haitianos que lleguen por mar a territorio estadounidense y la decisión del Gobierno de Biden de no ampliar el Estatus de Protección Temporal para estos ciudadanos, lo que los coloca en riesgo de deportación, beneficia a la República Dominicana, que enfrenta acusaciones por hacer lo que EE.UU. dice que hará. La acción estadounidense sugiere que el problema no es de odio racial ni antihaitianismo, sino que concierne a un interés nacional. En el caso nuestro, a diferencia de Estados Unidos, no hay escasez de empleo ni crisis de natalidad.