La ralentización iniciada a partir del segundo trimestre del año proyecta un crecimiento del PIB cercano a 4.5%

Cuando a mediados de enero próximo el Banco Central ofrezca las cifras preliminares del comportamiento de la economía en el 2017, probablemente estará indicando un crecimiento entre 4.4 y 4.6%, con el cual culmina un año de comportamiento del producto interno bruto (PIB) inclinado hacia la desaceleración.
Cambios en la tendencia en algunos de los principales sectores que componen el PIB contribuyeron a ralentizar y deprimir el desempeño final de la economía.

El año que concluye será el período con mayor indefinición de la tendencia de la economía, desde el 2013. También proyecta cerrar como el año que tendrá menores cumplimientos de las principales variables económicas proyectadas.

Adversidades

Dos factores externos, las subidas del precio del petróleo (que terminará en una media de alrededor de US$52.00 el barril contra una proyección de US$49.0) y de las tasas de interés en los mercados internacionales, surgieron como factores contingentes, obligando incluso a las autoridades monetarias a mantener una estrecha vigilancia al desempeño económico doméstico y externo. A esas condiciones se agregó el tema atmosférico, que con dos huracanes pasando cerca de las principales zonas productoras de arroz, plátano y banana, provocaron inundaciones que afectaron cultivos esenciales para el consumo local y para exportación. El sector agropecuario, que hasta el 2015 venía emergiendo como un gran contribuyente al crecimiento del PIB, comenzó a perder velocidad de expansión.

La pérdida de velocidad del crecimiento, y en algunos casos el descenso de la actividad económica global, comenzó a partir del segundo trimestre del año. Hubo una combinación de factores contractivos. Por un lado las expectativas de incertidumbre que se anidaron en el sector privado contrajeron sus iniciativas de nuevas inversiones, y por otra parte, las aplicaciones de las metas de control del déficit fiscal desde el Gobierno, también redujeron el gasto público, especialmente en obras e infraestructuras.

Finalizados los primeros tres meses del año comenzó un crecimiento por debajo del potencial de la economía dominicana, y ese comportamiento obligó a las autoridades a aplicar, desde el segundo semestre del 2017, medidas de corte expansivo, con el propósito de reactivar la expansión del PIB. Pero el componente fiscal estaba acusando lentitud en la parte recaudatoria, comportamiento que en cierta proporción frenaba los gastos susceptibles de ajustar, que por lo general son los de capital.

Una primera iniciativa desde el ámbito monetario fue aplicada a partir del 1 de agosto y consistió en reducir una proporción de 2.2 puntos porcentuales al encaje legal, para liberalizar recursos por unos RD$20,000 millones, a fin de que fluyeran como créditos hacia áreas claves como la construcción, agropecuaria, manufactura, Mipymes y consumo, actividades que son importantes por su impacto en la composición del PIB y que han estado perdiendo impulso y hasta decreciendo, como la construcción, que interrumpió un comportamiento de crecimiento de 16 trimestres.

El panorama general, partiendo del desempeño hasta los primeros dos cuatrimestres del 2017, cuando el PIB reflejaba un crecimiento acumulado de un 4%, proyecta que al cierre del período completo la expansión de la economía habrá alcanzado un 4.4%, en un estimado conservador, debido a que en los últimos dos meses debería producirse una recuperación por encima de la media, para compensar el crecimiento cero que hubo en septiembre, mes cuando el país fue afectado por dos huracanes que pasaron por las cosas Este y Nordeste, impactando negativamente la actividad económica. En ese mes los efectos adversos de los huracanes Irma y María, que mantuvieron paralizadas las actividades productivas por 3 días a nivel nacional y hasta 10 días en algunas provincias del país, afectaron sensiblemente la infraestructura vial del país, averiando puentes, carreteras y caminos vecinales. La producción del sector agropecuario también fue impactada, por lo que el crecimiento de ese sector, uno de los mayores contribuyentes al PIB, será limitado, disminuido con relación a su comportamiento anterior. El último informe con las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe-Cepal- para el año que concluye sitúa el crecimiento de la economía dominicana en el 2017 en un 4.9% y 5.1% en el 2018.

El Banco Central, que desde el segundo cuatrimestre del año se ha embarcado en aplicar una política monetaria expansiva, con el fin de empujar el consumo y con él la actividad económica global, ha estado apostando a una reactivación del crédito de la banca, con recursos propios y de los liberalizados de encaje, como instrumento para liderar la dinamización de la economía.

Las más recientes proyecciones del Banco Central indican que durante los próximos meses las condiciones monetarias seguirán siendo positivas, lo que continuaría impulsando el crecimiento económico para el cierre del año. Y proyecta que la inflación se mantendría dentro del rango meta de 4% ± 1%. En noviembre el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó un 0.76%, nivel causado en una tercera parte por las alzas de precios de los combustibles que se registraron durante ese mes. Con ese nivel, la inflación acumulada en el período enero-noviembre fue de 3,20% y la anualizada noviembre 2016-noviembre 2017 se situó en 4.14%. El nivel al cierre del año podría superar las proyecciones, debido a que diciembre tiende a subir el IPC.

Divisas
Las proyecciones del Banco Central dan cuenta que, por las distintas fuentes, el monto de ingresos será de US$26,000 MM.

Crédito
Las medidas adoptadas por el Banco Central provocaron un aumento del crédito al sector privado de RD$44,000 MM.

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