El sector externo de la economía acoge simultáneamente las principales debilidades y fortalezas de la estabilidad macroeconómica, según reflejan las cifras preliminares del desempeño económico.
Con el petróleo fuera de todas las proyecciones hechas la economía entró al segundo semestre con una inducida reducción en la velocidad de crecimiento.

Las remesas y el turismo, en tanto, mantienen un sostenido crecimiento, convirtiéndose en el principal paliativo de las distorsiones que produce el alza de precio del oro negro.

Héroes y villano

El comportamiento de “villanos y héroes” que han reflejado esos renglones ha contribuido a una especie de equilibrio en la cuenta corriente de la balanza de pagos. El alza del petróleo incrementa la factura petrolera y mayores flujos de remesas y turismo compensan en parte el desequilibrio, aliviando el hoyo que causa una cotización del crudo más cara en un 83 % que la que se proyectó. Para el año completo el Gobierno previó, y así lo consignó en el Presupuesto General del Estado 2022, un precio promedio de US$62.70 el barril de petróleo, pero ese nivel fue superado desde antes de iniciar el período. Al cierre del sexto mes del año la cotización del barril del crudo de referencia superaba en una media de US$52.3.

En su más reciente informe de política monetaria, el Banco Central dice que el precio del barril de petróleo intermedio de Texas (WTI) ha registrado incrementos importantes en los últimos meses, al pasar de un promedio de US$83 durante enero de 2022 a US$115 por barril en promedio durante junio, ante las limitaciones por el lado de la oferta de crudo. “De igual forma, los precios internacionales de bienes primarios alimenticios, como maíz, trigo, sorgo y soya, así como los fertilizantes, se mantienen elevados debido al referido conflicto armado entre dos de los principales productores mundiales de estos commodities”, precisó.

Los efectos del encarecimiento del petróleo, que incluyen mayores transferencias presupuestarias para subsidiar los combustibles y en parte la tarifa eléctrica, han tenido como paliativo el buen desempeño de los sectores generadores de divisas, que ha permitido un fluido ingreso de divisas necesarios para preservas la estabilidad cambiaria, que al mismo tiempo ha permitido cierto freno a la inflación importada.

El BCRD expuso en su comunicado de política monetaria del pasado 30 de junio que “en el sector externo, continúa el comportamiento favorable de las exportaciones y del turismo; así como de las remesas, que alcanzaron unos US$4,000 millones durante los primeros cinco meses del año. En ese sentido, la evolución positiva de las actividades generadoras de divisas, compensarían parcialmente el impacto de los mayores precios del petróleo y de otras materias primas importadas”.

Enfatizó que las reservas internacionales se mantienen en niveles históricamente altos, en torno a los US$14,400 millones, equivalentes a 13.2 % del PIB y unos seis meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Estos factores han favorecido la estabilidad relativa del tipo de cambio, reflejada en una apreciación acumulada de la moneda local de aproximadamente 5.0 % al cierre de junio, que contribuiría a contrarrestar parcialmente las presiones inflacionarias importadas”, argumenta.

Proyectando hacia el futuro, el documento indica que “las perspectivas de crecimiento de la economía dominicana se han tornado más conservadoras debido a la alta incertidumbre prevaleciente en el entorno internacional”, pero que “no obstante, se prevé que el crecimiento económico se ubicaría en torno a 5.0 %, para el presente año, cercano a su potencial y una de las expansiones más altas entre las economías emergentes y de la región, a pesar del complejo panorama internacional.

Expone, asimismo, que por otro lado, como reflejo del impulso de la demanda interna, el crédito al sector privado en moneda nacional mantiene su dinamismo al expandirse de forma interanual en torno a 12.5 % en el mes de junio; principalmente por el financiamiento al consumo, adquisición de viviendas, agropecuaria y construcción, los cuales crecen a tasas superiores a los dos dígitos.

En cuanto a la política fiscal, el BCRD destaca las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, que han otorgado el espacio necesario para aplicar subsidios y otras medidas orientadas a mitigar el impacto de los mayores precios internacionales de las materias primas sobre la producción nacional y los hogares.

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