Puede ocurrir que visitamos el supermercado y nos fijamos en artículos concretos o nos detenemos en el precio de la gasolina, hacemos una comparación directa con el dato general de la inflación y deducimos que no hay correspondencia.

Entonces, se dice que el cálculo está mal hecho, que no se tomaron los precios verdaderos, o que solo se tuvieron en cuenta unos productos y servicios seleccionados que apenas subieron.

La realidad –de acuerdo con una publicación contenida en la “Guía para desarrollar tus habilidades económicas y financieras”, puesta a circular por el Banco Central- es que el método utilizado es el más avanzado que existe. Tan objetivo que en República Dominicana se le da seguimiento para calcular el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a 364 bienes y servicios diferentes.

El trabajo y el sacrificio para responder a las necesidades particulares pueden hacer que se dé más importancia de la que corresponde a los productos que exigen más del bolsillo; pero el cálculo, para ser fiel a la verdad, necesita tomar en cuenta la canasta familiar en toda su amplitud y variedad. Además, el IPC se calcula con datos de todo el territorio nacional y ocurre que los precios pueden variar de una localidad o provincia a otra.

A menudo una pregunta que surge es cómo saber cuáles artículos componen la dieta familiar
“Muy buena pregunta y lógica, es verdad que si no sabemos qué es lo que adquieren principalmente los hogares dominicanos, los cálculos del índice de precios al consumidor no serían representativos y, por tanto, no servirían para saber en qué medida afectan las subidas o bajadas a nuestros bolsillos”, resalta el artículo de la guía en cuestión.

La canasta familiar la componen los bienes y servicios que adquieren en mayor cantidad y frecuencia las familias dominicanas. Entonces, se necesita una investigación para conocer cuáles son los componentes actuales de esa canasta.

La última base de datos de la que dispone el Banco Central para saberlo es la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos en los Hogares (Engih), que fue levantada durante el año 2018 por el propio banco por doce meses consecutivos (un año calendario) desde enero de 2018 hasta enero del año 2019, para contar con datos más recientes de la estructura de consumo de los hogares dominicanos.

A partir de la nueva Engih 2018, se ha actualizado la canasta de bienes y servicios del nuevo IPC base anual octubre 2019–septiembre 2020 y sus respectivas ponderaciones.

Para la Engih 2018 se seleccionó una muestra que garantiza la representatividad del gasto de consumo de la población y proporciona datos reales de la composición de la canasta familiar. En este sentido, se entrevistó a 8,881 viviendas repartidas en las cuatro regiones geográficas del país.

Esas regiones son la de Ozama o Metropolitana, Norte o Cibao, Este y Sur. El tamaño de esa muestra se calculó cumpliendo los requisitos de las técnicas estadísticas reconocidas internacionalmente. Los resultados de la encuesta reflejaron información sobre el consumo de 5,416 bienes y servicios adquiridos en hogares de todo el territorio dominicano.

Finalmente, la canasta seleccionada contiene 364 tipos de bienes y servicios, que representan el 90.5% del gasto del consumo de los hogares.

Para repartir la canasta familiar se suele contar con tres columnas: la primera corresponde a los grupos de productos y servicios; y la segunda a cuántos tipos de bienes o artículos se toman en cuenta de ese grupo, acompañado de las respectivas ponderaciones en la tercera columna: La cantidad de tipos de productos y servicios seleccionados por cada grupo representa la diversidad de nuestro consumo.

En todos los hogares no se consume lo mismo

No se debe cometer el error de pensar, por ejemplo, que la canasta familiar considera que una familia va 16 veces al mes a un restaurante o a un hotel, no. Lo que dice la tabla es que se recolectan en los establecimientos los precios de 16 artículos distintos de los servicios de suministro de comida, bebida y alojamiento, como por ejemplo un servicio de pollo, el plato del día, la hamburguesa o una noche en habitación, para así obtener la medida real de cuánto subió o bajó de precio ese grupo.

Pero en todos los hogares de República Dominicana no se consume lo mismo, ni en la misma cantidad. Además, los precios varían según los lugares.

El Banco Central, para el análisis práctico de los precios de la economía, enfoca la canasta familiar atendiendo dos criterios o clasificaciones diferentes: una que toma en cuenta a las familias por sus distintos niveles de ingresos y consumo; y otra que divide al país en regiones para saber qué diferencia hay en la variación de los precios de la canasta en el Cibao o en el sur, por ejemplo.

Las canastas según los niveles de ingresos de las familias, se les denomina por quintiles, una palabra (esa de quintil) que viene de ‘una quinta parte’. Se a razón es que el total de los hogares dominicanos se han dividido en cinco grupos de igual tamaño, según su nivel de ingreso per cápita.

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