Cindy Martínez sabe cómo aprovechar las piedras para hacer lujosas prendas

A Cindy Martínez la joyería le atrajo desde niña, especialmente la de metales, por el proceso de fundición que conlleva.

Pareciera que esa atracción vino incrustada en sus venas, porque nunca ha logrado zafarse de ella. Desde octubre de 2014 no solo se detiene a contemplar piezas, sino que ella misma las elabora.
Y para hacerlas, utiliza piedras preciosas, tan diversas como los clientes que ha ido consiguiendo en el trayecto.

Cindy inició en la bisutería, en un momento complicado, pero superó los obstáculos. Siendo madre y con la llegada de un segundo bebé, el padre de sus niños quedó sin empleo y ella había renunciado al que tenía. Para ese momento “la piña se puso agria” y debió explorar “vías de escape”, haciendo fluir la imaginación y creatividad que lleva consigo.

“Decidí entonces comenzar el negocio de bisutería, para aportar mi granito de arena en la casa. Como eso estaba en tendencia, tomé clases particulares y diversas técnicas de bisutería”, rememora la emprendedora mujer, en una conversación con el periódico elCaribe

Concretamente, su proyecto consiste en la creación y el diseño de piezas de joyería en materiales de buen acabado y piedras preciosas y metales. Ha ido creando una fusión entre una y otras.

Maneja las dos áreas, tanto la de orfebrería, como la bisutería. Entre las principales piedras preciosas que usa (como materia prima) están las nacionales (que existen en República Dominicana), incluyendo larimar y ámbar. Además trabaja en nácar, coral y una amplia gama.

En su portafolio de productos hay –adicionalmente- piezas hechas de jícara de coco y cuerno de vaca. Entre las gemas internacionales ha usado ágata, lava volcánica, lluvia de oro, ojo de tigre y jade. Pero hay muchas piedras y material con los que puede realizar verdaderas obras de arte.

Las prendas que elabora Cindy suelen ser más perseguidas por mujeres. Digamos que es su mercado fuerte. Pero no se limita, y posee una importante cantidad de clientes del género masculino. “De hecho, en diciembre pasado, en el Fashion Week en Monte Cristi presenté mi primera colección enfocada en hombres. Había piezas únicamente de larimar, con una variante de larimar negro y betas rojas (…)”, rememora.

Para entonces, había collares en perlas. La colección contó con 19 piezas y estuvo enfocada cien por ciento a hombres. En su trayectoria, Cindy ha trabajado broches masculinos, pulseras con esferas y otros tipos que son personalizadas. “Tenemos un claro enfoque hacia el hombre, también”, asegura en la plática con este diario.

Cuando evalúa lo que fue el proyecto en sus inicios, ocho años antes, y lo que es ahora, la conclusión es que alcanzó un avance de consideración.

“Podría decirte que ha sido del cielo a la tierra. Y eso es lo que me llevó a incursionar en la universidad y a ir tomando otro punto de referencia, para no ser únicamente la persona que hace una replica, una pieza”, indica.

Y agrega: “Por eso es que puedo decir que soy diseñadora, porque he podido crear piezas desde cero”.
Reconoce que siempre hay un referente que se tendrá de la historia, pero más allá de ello, existe un concepto que debe manejarse en cada pieza, y una idea en coherencia con los colores que se van a aplicar.

“Hay una ergonomía para la funcionabilidad de la pieza cuando se adapta a la persona que la va a utilizar. Por ejemplo, en principio hacía un collar y entonces no sacaba bien la forma del cuello y resultaba molestoso o no tomaba en consideración el tipo de tela (…), pero los que hago hoy día son muy diferentes a los de aquel tiempo”, rememora.

Dice que se mantiene en medio del camino, en un continuo proceso de aprendizaje. “Entiendo que es importante cuando uno quiere marcar un referente en lo que está dedicado; no necesariamente hay que obtener un título universitario”, agrega Cindy.

“He comenzado a adquirir conocimiento en las gemas preciosas, que no necesariamente los iba a obtener en la universidad. Lo he hecho de forma autodidacta, leyendo e investigando con mi libro de gemas, que es mi segunda biblia, y así sucesivamente”, explica.

La competencia es amplia en el mundo de confección o hechura de piezas en el que se mueve Cindy. Sin embargo, la emprendedora dama asegura que tiene elementos diferenciadores, suficientes para que el adquiriente de una prenda se sienta satisfecho con cada compra.

“No solo me enfoco en venderte una pieza que me compres. Yo diseño contigo, porque cuando me solicitan algo personal así es que lo vamos haciendo, para que el cliente use la pieza y no la deje engavetada, que suele ocurrir mucho cuando se compra por simple impulso”.

Plantea que no le gusta ver un consumismo porque sí. “Soy una persona a la que le gusta crear algo que sea amigable con el medio ambiente (…)”, asegura.

Para las piezas hechas a mano y que no necesitan intervención de máquinas, el taller de Cindy es su casa. Y cuando tiene que hacer un proceso de fundición de plata, entonces hay talleres amigos que le prestan el servicio, sea que lo haga ella misma, o que lo contrate.

Su forma de venta es “online”. Y tiene una persona que lleva piezas a Texas, Estados Unidos, donde las comercializa, de forma esporádica. Pero en general, sus prendas son entregadas por pedidos.

En varios años espera tener un lugar físico, no solo para vender joyería, sino para algo más complementario, ajustado a la cultura de este país. Sabe que existen múltiples oportunidades de crecimiento y está dispuesta a aprovecharlas.

“Quiero tener un lugar para promover no solo joyas, sino donde se pueda promover una que otra pieza referente a la cultura dominicana”, indica. Se le puede contactar vía el teléfono 829-871-6376 y por redes sociales a través de la cuenta @Cindymartinezdesign.

Para pedidos de mercancías que quizás no están disponibles, Cindy aconseja que se hagan preferiblemente con 15 días de antelación, según sea la pieza.

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