María Victoria Brito: la emprendedora mocana que le da sabor al helado

Se licenció en Educación, con maestría en Supervisión. Estudió Psicología, con una maestría en Psicología Clínica, y luego estudió Mercadeo. Pero nada le ha dado tanta satisfacción a María Victoria Brito, como poder elaborar un rico helado&#82

Se licenció en Educación, con maestría en Supervisión. Estudió Psicología, con una maestría en Psicología Clínica, y luego estudió Mercadeo. Pero nada le ha dado tanta satisfacción a María Victoria Brito, como poder elaborar un rico helado artesanal para el disfrute de grandes y chicos.
Es mocana de origen y procede de una familia de artesanos, con una tradición de casi cincuenta años en esa actividad. Su padre, Rafael Antonio Brito, trabajó por años con el coco y participó en lo que se llamaba Muestra de la Cultura Campesina en Salcedo. De ese trabajo que realizaba Rafael surgió precisamente la chispa que condujo al negocio que tiene actualmente su hija María Victoria.

“Cuando mi padre murió, mi hermano Marino Antonio le dio impulso al negocio”, le cuenta María Victoria a elCaribe, sin detener la preparación de los helados y cuidando cada proceso mientras lo hace.

“Mi hermano había trabajado con mi padre y desarrolló lo que eran las mariposas de coco, que han sido premiadas por la Unesco, con el Premio a la Excelencia en la Calidad Artesanal. Como él trabajaba con coco, estábamos pensando qué haríamos para buscarle salida a la masa de esos cocos”, recuerda María Victoria.

Es una dama emprendedora y el hecho de que –además de las carreras en las que se formó- se dedique al arte plástico, lo confirma. “Yo pinto. Y desarrollé una muñeca de tela que se llama Mariví, con la que gané el primer lugar de las Premiaciones Microempresariales Citi, en la categoría Microempresarial, en el año 2014”, indica.

“De todo lo hecho, lo que me ha dado resultados más rápido y mayor satisfacción es el helado. Esto me da cierta libertad porque no tengo que sujetarme a nadie. Uno puede jugar con el tiempo; no tengo que emplearme, y el día que no quiero trabajar, no lo hago. Simplemente tengo que planificarme”, asegura. La empresa se llama Helados Artesanales (Arteco). “Le tenemos ese nombre porque la pequeña empresa de artesanía que también tenemos se llama así. Decidimos que, como el helado es un producto más de Arteco, debíamos seguir con la misma marca”, explica.

Arteco cuenta con registro mercantil (como Arteco) y permiso sanitario. La idea de emprender la pequeña empresa surgió hace un año. “Encontramos a la persona que nos capacitó para los helados, que es un ingeniero heladero italiano, que estuvo 12 años en el país. Recibimos la capacitación con él. Aprendimos a hacer los helados”, dice con orgullo la emprendedora mocana. Y aprovecha para referirse a la oferta existente. “Tenemos helados de coco, de tamarindo, chinola, pitajaya, guanábana, zapote y guayaba fresca. De los helados con crema tenemos de café, de chocolate, ciruela, coco con crema y batata. Hemos hecho helados hasta de auyama, que es delicioso”, expresa.

¿Dónde puede el cliente conseguirlos?, pregunta este periódico. “Ahora mismo estamos comercializándolos en Mi Terraza Mofongo, aquí en Moca. Los tenemos también en los Supermercados Nacional de Santiago y en otro lugar, y en una panadería en Jarabacoa. También tenemos nuestra heladería aquí en Moca”, responde. Y agrega: En Santo Domingo hay una escuela de danza –la de Carlos Veitía- que está introduciendo los helados de fruta”.

La pitajaya, que es una fruta de estación, María Victoria la consigue en los supermercados. “Pero para los otros frutos me voy a los campos a comprarlos. Es bueno comprarlos en el campo porque se consiguen mejores precios”, sostiene.

Recursos

La inversión inicial para Arteco (en lo referente al negocio heladero) fue de medio millón de pesos. Ese dinero sirvió, principalmente, para comprar maquinarias. “Conseguimos equipos de medio uso con el italiano, que cuando se fue para Cuba nos vendió “frizers”, un aparato que licúa, la balanza y la máquina mantecadora”, rememora María Victoria.
Su “fábrica” está ubicada en Autopista Ramón Cáceres, kilómetro 7, Moca, provincia Espaillat. Los helados se venden por unidad.

Arteco tiene capacidad instalada para producir el triple de la cantidad que está produciendo hasta ahora. Los helados se hacen, básicamente, con frutas, agua, azúcar y estabilizantes, a partir de productos naturales, como harina de algarrobo (de la semilla). Eso se utiliza para darle cuerpo a algunos helados, como el de limón y el de chinola, que no tienen fibras.

El helado que se produce en la pequeña empresa de María Victoria se transporta congelado. De esa forma se evita el riesgo de que se descomponga. “Se mantiene la cadena de frío y el helado mantiene su calidad. Nosotros los trasladamos en esas neveritas tipo fon”, explica la dama.

“Como es una microempresa familiar, yo me encargo de comprar las frutas, de lavarlas y preparar las mezclas. Mi sobrino me ayuda en parte. Lo demás me toca a mí”, sostiene.

Como Arteco no cuenta aún con grandes capitales, a María Victoria le resulta difícil contratar muchos empleados. Solo tiene cuatro. “Contándome yo somos cuatro”, dice. “Tengo una joven en la heladería y una persona que me ayuda aquí con la higiene, que es fundamental en esto”, expone.

Cuando elCaribe le pregunta cuál es la mejor época para la venta, responde: “La estación reina para esto es el verano. El calor hace que la gente consuma más productos fríos, como nuestros helados”. La mayor aspiración de María Victoria es abrirse paso en el mercado de la capital dominicana. “Queremos llegar a los supermercados”, plantea.

Desde hace un tiempo, la pequeña empresa realiza ensayos con dos supermercados de Santiago. “Queremos tener una buena heladería, ya sea en Santiago o en la capital, pero eso será a largo plazo”, plantea.

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