Viena. Rusia bombeará en 2023 alrededor de 750,000 barriles de crudo al día menos que el año pasado, la mayor caída proporcional entre todos los grandes productores fuera del grupo de la OPEP, pero que esta organización explica en una decisión voluntaria más que en las sanciones por la invasión de Ucrania.

En su informe sobre el mercado del mes de abril, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estima que la caída de la producción rusa será del 7 %, hasta llegar a 10,3 mbd, pero señala que esta contracción prevista se debe a “los ajustes voluntarios adicionales de la producción” hasta finales de año.

De hecho, al predecir que la economía rusa caerá un 0,5 % en 2023, frente al 2,1 % el pasado año, la OPEP se refiere a la “incertidumbre” sobre esa evolución, e incluso la posibilidad de que sea finalmente positiva.

“Queda por ver hasta qué punto tendrá efecto el embargo de la UE a las importaciones de productos petrolíferos rusos, pero hay indicios de que los proveedores rusos pueden contrarrestar relativamente bien las consecuencias”, señalan los expertos de la OPEP en su informe.

La OPEP mantuvo sin cambios sus cálculos de cuánto crudo consumirá el mundo este año, unos 101.9 millones de barriles diarios (mbd), un 2.3 % más que en 2022, pero ha revisado levemente a la baja la demanda en los países ricos de Europa, la única región del mundo donde se prevé una caída.

Según su nueva previsión, incluida en su informe de abril sobre el mercado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo estima que el consumo en las naciones europeas más industrializadas caerá un 0,3 % respecto al año pasado, hasta los 13.46 mbd.

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