Los productores de arroz de Estados Unidos tienen fincas 65 veces más grandes que los productores dominicanos (3,120 tareas versus 48 tareas). También reciben más de US$700 millones cada año en subsidios.

Son dos condiciones que ayudan a los cultivadores americanos a producir arroz a bajo costo y a vender a precios competitivos. Tienen elevadas ventajas si tuvieran que enfrentarse con productores locales de tú a tú.

Esos y otros puntos han hecho ver con los años que incluir el arroz en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta) fue un error. Y es un error que los productores dominicanos podrían terminar pagando muy caro.

Y no está lejos que eso ocurra; será desde el primero de enero de 2025, cuando el arroz podrá entrar por las aduanas libre de arancel. Salvo que se produzca algún arreglo que posiblemente conviva con ese tratado que tiene rango de ley.

Lo está pidiendo el sector arrocero, a través de toda la cadena, que incluye la industria, y a ello se ha sumado el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Esa organización política, a través del economista agrícola Winston Marte, subsecretario de Asuntos Agropecuarios, recuerda que el arroz es el principal cultivo de República Dominicana. “Y no se puede jugar con eso”, advierte.

La producción de arroz en República Dominicana

Cada año, 32 mil productores cultivan más de tres millones de tareas del cereal. “El arroz es el principal alimento de los dominicanos y nuestros productores tienen la capacidad de producir el cien por ciento del consumo nacional”. Esto aseguró Marte en un encuentro con la prensa.

En el caso dominicano, la producción, procesamiento y comercialización de arroz genera una economía de unos RD$28,000 millones. También alrededor de 350,000 empleos directos e indirectos en 21 provincias de la geografía nacional.

La semana pasada, la Unión Arrocera Dominicana (UAD), que aglutina las instituciones ligadas al ámbito arrocero (productores, factorías y otros), hizo una advertencia. Dijo que ese cereal está en seria amenaza de ser desplazado por las importaciones masivas libres de aranceles. Esto sería desde el territorio estadounidense, bajo sombrilla del DR-Cafta.

Lo que debió hacerse

República Dominicana se adhirió en 2003 al proceso de negociación para el establecimiento del tratado entre los cinco países de Centroamérica y Estados Unidos. Pasó mucho tiempo, suficiente como para haber propiciado algún cambio de dirección. Pero no se hizo.

Esa primera fase en la que incursionó República Dominicana concluyó a inicios de agosto de 2004 con la suscripción del tratado puesto en vigencia el primero de marzo de 2006 para varios países de la región. Un año más tarde entró en vigencia para la República Dominicana.

Sobre el tema, el economista Agrícola Winston Marte recuerda que “a pesar de la importancia económica, social y la gran capacidad de producción de arroz del país, en el año 2004, el gobierno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), hoy Partido Revolucionario Moderno –PRM-, firmó el DR-Cafta, e incluyó la eliminación del pago de aranceles a la importación de arroz, en un periodo de 20 años”.

A lo que se refiere el profesional de la economía es que a partir del primero de enero de 2025, el arroz americano podrá entrar a República Dominicana libre del pago de aranceles en las aduanas locales.

Diversos estudios sobre la cuestión –algunos citados por Marte- indican que las pérdidas para los productores dominicanos, a partir de ese año, serían de US$345 millones.

Cuidado con dejar perder la soberanía alimentaria

Según el economista Marte, las pérdidas que sufrirían los arroceros, una vez los aranceles no existan, es el equivalente al 70% del valor de la producción de arroz del país.

Eso significa que el 70% de los productores y de los empleos que dependen del sector desaparecerían. Mientras, echando una mirada ampliada, se ha concluido en que el país perdería el 70% de su autosuficiencia en la producción de arroz.

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