Nueva York. Yaritza Méndez es ciudadana estadounidense gracias a un sistema de inmigración basado en los vínculos familiares desde hace más de 50 años.

A partir de 1965, los inmigrantes naturalizados como estadounidenses pueden fungir como patrocinadores para sus padres, hijos y hermanos, y ayudarlos a obtener la residencia legal y después la ciudadanía. Es un sistema que le permitió a la abuela de Méndez traer a su hijo a Estados Unidos desde la República Dominicana hace aproximadamente una década, lo que a su vez le posibilitó a él patrocinar a Yaritza.

El sistema de inmigración basado en los vínculos familiares podría ser modificado totalmente con una propuesta legislativa a la que el presidente Donald Trump dio el visto bueno el miércoles. La medida reduciría considerablemente las posibilidades de cumplir con los requisitos para recibir visas familiares y disminuiría en 50% la inmigración en general en 10 años, dándole preferencia a quienes hablen inglés, tengan estudios, altos sueldos y otras características.

La iniciativa de los senadores republicanos David Perdue y Tom Cotton tiene pocas posibilidades de avanzar en el Congreso debido al rechazo de los legisladores demócratas e incluso de algunos correligionarios de los primeros que muestran poco interés en cualquier medida relacionada con los inmigrantes.

Los detractores consideran la propuesta como un atentado contra los inmigrantes y la misma inmigración legal, que ha sido constante a lo largo de la historia de Estados Unidos.

“Yo contribuyo a este país tanto como un estadounidense por nacimiento”, dijo Méndez, que trabaja como organizadora en Make the Road New York, un grupo defensor de los inmigrantes. “Pago mis impuestos de manera oportuna. Trabajo y voy a votar. Debería tener el derecho, y lo merezco, de estar con mi mama”.

El presidente Lyndon B. Johnson promulgó el actual sistema en 1965. Antes de esa fecha, Estados Unidos aplicaba un sistema de cuotas que permitía la llegada de un número fijo de personas de ciertos países, como los de Europa, pero que en esencia excluía a habitantes de otras partes del mundo. El cambio fue apoyado por las familias estadounidenses de inmigrantes europeos que deseaban traer a sus parientes. El Congreso decidió cancelar el sistema basado en el país de origen por otro en el que las visas fueron divididas entre todas las naciones, con preferencia en quienes tenían vínculos familiares con ciudadanos estadounidenses.

Simpatizantes de Trump apoyan reducciones

Los simpatizantes de Trump elogian las reducciones y consideran que el dar preferencia a un sistema de inmigración basado en las capacidades mejorará la economía. Roy Beck, director ejecutivo de NumbersUSA, recibió con beneplácito tanto la reducción del número de personas autorizadas a ingresar al país como el enfocarse en lo que un inmigrante traería a Estados Unidos como un factor determinante para autorizarle el ingreso.

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