Washington. El desafortunado comentario del titular de la Organización de Estados Americanos sobre una intervención militar en Venezuela podría tener un impacto en el debate que mantiene el continente sobre cómo responder a la crisis que atraviesa esa nación.

Las palabras de Luis Almagro “cambian el curso de la conversación” porque “abrieron la puerta a una intervención internacional en Venezuela”, dijo Eric Farnsworth, vicepresidente del Council of the Americas and Americas Society. Agregó que “cualquier planteamiento que no incluya una intervención militar es visto como moderado porque la gente está hablando sobre intervención”.

Almagro, una de las voces más críticas de la gestión del presidente Nicolás Maduro, dijo el viernes durante una visita a la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta que “en cuanto a la intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, no debemos descartar ninguna opción”.

Sus palabras desataron una tormenta política continental. Apenas unas horas más tarde, 11 países latinoamericanos reunidos en el llamado Grupo de Lima expresaron su preocupación y rechazo ante cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar en Venezuela. Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía suscribieron el comunicado, en el que llamó la atención la ausencia de Colombia. El canciller colombiano Carlos Holmes Trujillo dijo que su país no suscribió el documento porque “no hubo coincidencia total en los términos de la declaración, pero hay identidad de propósitos”.

En una secuencia inusualmente rápida en un ámbito diplomático que a veces se mueve con suma lentitud, Almagro salió al paso del comunicado del Grupo de Lima asegurando haber sido víctima de “algunas interpretaciones maniqueístas”.

“El desarrollo fue que hablábamos de ataque militar, de violencia, que éramos favorables a la agresión armada. No es cierto”, dijo Almagro en un video en Twitter el domingo. Roger Noriega, experto invitado en el American Enterprise Institute, consideró que los comentarios de Almagro hacen más factible un debate regional “serio” que aborde “si miembros honestos de los cuerpos de seguridad en Venezuela deben rescatar a su país y si la comunidad internacional debe intervenir para proteger vidas”.

Un ejemplo claro de que una hipotética actuación militar en Venezuela ha ganado espacio es el intercambio que el secretario general de la OEA sostuvo el lunes en Twitter con José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. Vivanco publicó que “el derecho internacional solo permite uso de la fuerza en casos similares a un genocidio, lo cual no ocurre ahora en Venezuela (aunque la situación es gravísima)”…
Otra expresión de que el elemento militar trepó a la palestra pública fue la declaración del embajador estadounidense en Colombia Kevin Whittaker, quien dijo la víspera al diario bogotano El Tiempo que Colombia “puede contar” con apoyo de Washington en caso de una agresión militar venezolana.

Compara a Venezuela con Ruanda

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, urgió a la comunidad internacional a evitar que Venezuela se convierta en Ruanda, donde entre 800,000 y un millón de personas fueron asesinadas en 1994 mientras el mundo parecía ajeno a la barbarie. “En efecto, la responsabilidad de proteger consiste en evitar que suceda. No debemos esperar a que Venezuela sea Ruanda, hay que evitar que sea Ruanda. Y ya son millones las personas asesinadas, torturadas, desplazadas en Venezuela”, dijo en Twitter.

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