Puerto Príncipe. La situación de inseguridad en Haití sigue de mal en peor día tras día, con el riesgo de sumir al país en el caos absoluto, expresó el arzobispo metropolitano de Puerto Príncipe, Max Leroy Mésidor, en un mensaje difundido por las redes sociales de su oficina.

Los grupos armados siguen multiplicándose, aumentando drásticamente el número de víctimas ante la total indiferencia del Estado, que no hace nada concreto para frenar la crisis sociopolítica y económica que no hace más que agravarse, dijo el prelado.

“El pueblo se siente abandonado. ¿Hasta dónde va a llegar esto? ¿Adónde llevan al país? La gente no puede vivir. ¿Qué estáis haciendo? Las escuelas y universidades no pueden cerrar sus puertas por la inseguridad. Lo mismo ocurre con la Iglesia”, expresó el jerarca católico.

En el oratorio de Saint Charbel, el jueves 13 de abril, después de la misa que celebró, dos personas fueron secuestradas y otras dos atropelladas por el vehículo de los secuestradores. Las víctimas habían acudido a rezar. Una situación que causó conmoción.

El Sistema Único de Información en Salud (Sisnu, en francés) ha registrado 16,470 incidentes de violencia de género en 2022, y la violencia sexual ha alcanzado niveles alarmantes, siendo este uno de los crímenes utilizados por las bandas como arma de terror y sometimiento de las poblaciones.

La escuela y la universidad no pueden funcionar correctamente. El hospital atraviesa dificultades, recordó el arzobispo, quien aseguró que las autoridades “no hacen nada” para poner las cosas en su sitio.

“Cada semana secuestran a los médicos. Los comerciantes cierran sus negocios. Los pequeños comerciantes viven con miedo. Los periodistas corren peligro. La Iglesia no puede reunir a sus fieles en paz. Las comisarías están vacías”, añadió.

A esta situación se suma una sequía sin precedentes que se extiende por varios departamentos y comunas del país, agravando aún más la inseguridad alimentaria en el país.

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