Puerto Príncipe. Haití intenta olvidar por unos días la crisis y la violencia y se ha echado a las calles para bailar a ritmo de carnaval, unas fiestas que ayer llegaron a su fin en Puerto Príncipe.

Han sido tres días de celebraciones en la capital haitiana, desde el domingo pasado hasta este martes, aunque por primera vez con un horario especial: en lugar de prolongarse hasta las 3 de la madrugada, este año la fiesta se ciñó de las 10 de la mañana a las 6 de la tarde.

Una decisión que se tomó por dos razones, la primera, la violencia en el país, inmerso en una crisis de seguridad sin precedentes marcada por las omnipotentes bandas armadas y, la segunda, los apagones. Pero no todo el país está en fiestas. En esta ocasión no ha habido carnaval a nivel nacional y algunas zonas de Haití han preferido quedarse sin celebraciones.

Es el caso del municipio de Pétion-ville, en las afueras de la capital, donde los grupos armados se han hecho fuertes.

Según informó en su momento el consejo municipal de Pétion-ville, se decidió que no hubiera carnaval “en vista de la situación en el país, que vive días sombríos a causa de la inseguridad y de la crisis multidimensional que azota a Haití”.

Unas fiestas bajo estricta vigilancia policial

Por el contrario, Puerto Príncipe sí decidió celebrar el carnaval, bajo el lema “Reconciliación para la paz” y con un presupuesto de 121 millones de gourdes (más de 756,000 dólares al cambio actual).

Los festejos se concentran en el Campo de Marte, en el corazón de la capital y su principal plaza pública, situada no lejos del Palacio Nacional, que fue destruido por el terremoto de enero de 2010 y que aún no ha sido reconstruido.

Dados los altísimos niveles de inseguridad en la ciudad, para proteger los desfiles la Policía Nacional ha desplegado varias unidades, entre ellas las encargadas del mantenimiento del orden CIMO y UDMO y la turística Politour.

“Mientras continúan las operaciones en todo el país para desmantelar y perseguir a las bandas, la Policía Nacional, como parte de su lema de proteger y servir, participa activamente en las fiestas de carnaval”, según la página de Facebook de este cuerpo.

Estos días, aunque con una menor asistencia de público que en ocasiones anteriores, los coloridos desfiles de grupos y bandas, la música, el baile y también el alcohol toman las calles.

Debido a las festividades de carnaval -uno de los acontecimientos culturales y tradicionales más importantes de Haití- la administración pública, el comercio, la industria y las escuelas permanecen cerrados.

Pero el carnaval no está exento de polémica y en la opinión pública se suceden las críticas a artistas que este año sí participan en el evento después de criticar en ediciones anteriores que hubiera celebraciones en medio de la crisis. Una situación que no ha mejorado. En el país siguen los secuestros por parte de unas bandas armadas que han tomado como rehén el área metropolitana de Puerto Príncipe.

En 2022, Haití registró más de 1,000 secuestros, en un contexto de agravamiento de la crisis sociopolítica y económica.

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