Peña Nieto trata de calmar descontento por alza de gasolina

Ciudad de México. — El presidente mexicano Enrique Peña Nieto volvió el jueves a intentar controlar el descontento por el alza de los precios de la gasolina y los efectos del inminente inicio del gobierno de Donald Trump, que insiste en construir&#82

Ciudad de México. — El presidente mexicano Enrique Peña Nieto volvió el jueves a intentar controlar el descontento por el alza de los precios de la gasolina y los efectos del inminente inicio del gobierno de Donald Trump, que insiste en construir el muro fronterizo y alentar la salida de fabricantes estadounidenses de México.

Para ello insistió en lo necesario que era acabar con la subvención a los combustibles que mantenían su precio artificialmente bajo y anunció algunas medidas sociales para favorecer a los sectores más necesitados, como la devolución de ahorros a más de tres millones de jubilados y nuevas plazas de guarderías.

Sin embargo, este tipo de iniciativas no parece que vayan a calmar ni el descontento social —ya hubo protestas que, en algunos casos, acabaron con saqueos y varias muertes— ni la caída de la moneda nacional, que el miércoles superó la barrera psicológica de 22 pesos por dólar en las casas de cambio después de que Trump reiterara su promesa de obligar a México a pagar por un nuevo muro fronterizo.

En distintos discursos a lo largo de la semana, Peña Nieto justificó la polémica medida. Anunció su compromiso para controlar los precios de los productos básicos con el apoyo del sector privado y para modernizar el transporte público y la movilidad urbana. También habló de la puesta en marcha de nuevos estímulos fiscales con el fin de fomentar la inversión en 2017.

No está claro, sin embargo, cómo se concretarán estas propuestas y si podrán apaciguar la situación provocada por el aumento de hasta un 20% en el precio de la gasolina, que comenzó el 1 de enero.

No obstante, Peña Nieto optó el jueves por mostrarse mucho más relajado en sus explicaciones e incluso incluyó alguna broma durante su discurso.

«Es un paso difícil al que tenemos que adaptarnos», insistió.

El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijo en otro acto que se trató de una «medida adecuada» que forma parte de las reformas estructurales que inició el gobierno actual. El secretario de Hacienda, José Antonio Meade, lleva días explicando lo importante de la iniciativa, incluso a través de Twitter.

Por su parte, José Antonio González Anaya, director general de Petróleos Mexicanos, dijo que el sistema anterior, en el que el gobierno establecía el precio de la gasolina en todo el país, impedía que a los inversores les resultara atractivo llevar combustible a determinadas partes del país o invertir en infraestructura para transportarlo.

Peña Nieto dijo que muchas veces se había dicho que sólo se eliminarían los subsidios a la gasolina cuando el gobierno no tuviera otra alternativa o cuando se acabara el petróleo.

«De alguna forma ambas cosas concurrieron», indicó. «La gallina de los huevos de oro se nos fue secando, se nos fue acabando. Y de ahí financiábamos muchas cosas».

Al margen de las palabras del presidente y de los miembros de su gabinete, el gobierno inició el jueves una serie de encuentros regionales con representantes de todos los sectores sociales, económicos y académicos para explicar a la sociedad las medidas tomadas y los retos que hay por delante en 2017.

Según indicó la Presidencia en un comunicado, la primera de estas citas fue con autoridades y representantes de distintos sectores sociales del Estado de México.

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