Aún no es un alto el fuego, pero las negociaciones de este martes en Estambul entre Rusia y Ucrania parecen haber sentado ciertas bases para un posible acercamiento que abre la vía hacia un tratado internacional que podría poner fin a la guerra.
El punto clave es la futura neutralidad de Ucrania y el compromiso de no adherirse a la OTAN ni otras alianzas militares.

A cambio, Kiev exige un tratado internacional con al menos once países que le ofrezcan garantías de seguridad para protegerlo contra cualquier agresión o ataque militar de Rusia.

Si se dan estas garantías, “Ucrania aceptará ser neutral, no tendrá armas nucleares ni permitirá bases militares extranjeras en su territorio”, dijo ante la prensa en Estambul el negociador ucraniano Oleksander Chalyi.

Aunque se había anunciado una ronda de dos días de negociaciones, los avances alcanzados este martes permitieron concluir las conversaciones ya el primer día, por lo que no habrá reunión mañana.

El jefe de la delegación rusa, Vladímir Medinski, confirmó ante la prensa las grandes líneas del acuerdo propuesto: neutralidad permanente de Ucrania, libre de armas nucleares y sin tropas extranjeras, a cambio de garantías multilaterales para Kiev.

Según Ucrania, estos países serían los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Reino Unido, China, Rusia, Estados Unidos y Francia) así como Turquía, Alemania, Canadá, Polonia, Italia e Israel.

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