Elvin Mazariegos Pérez, un ciudadano guatemalteco de 30 años, murió este lunes por los disparos efectuados por un soldado en la frontera sur de México, cuando volvía de comprar mercancías y fue detenido en un retén militar para una revisión que terminó en tragedia.
El crimen desató un clima de tensión tal que, más tarde, cientos de pobladores llegaron al lugar, insultaron a los elementos de la VII Región Militar, les lanzaron piedras y palos, y los retuvieron hasta la madrugada junto con sus armas de fuego y vehículos.
Una de las primeras versiones difundida por los militares mexicanos señaló que Mazariegos Pérez iba como copiloto en una camioneta que transitaba por la localidad mexicana de Mazapa Madero, en Chiapas, fronteriza con el guatemalteco Departamento de San Marcos, y que se resistió a que revisaran el vehículo porque llevaba mercancías ilegales, lo que hasta el momento no se ha demostrado.
Sin embargo, los familiares de la víctima afirmaron al portal Chiapas Paralelo que el lunes por la mañana Mazariegos Pérez atravesó la frontera para comprar mercancías, algo que es común en la zona, pero al mediodía los soldados lo detuvieron y le pidieron la Tarjeta de Visitante Regional, aunque no está obligado a portar ese documento.
“Nuestros padres, abuelos, los padres de nuestros abuelos, y nosotros, hemos intercambiado productos, hemos emparentado, y tenemos una vida en común con los mexicanos. Mi hermano le dijo eso a los soldados, y en respuesta ellos dispararon”, aseguró Guadalupe, hermano de Mazariegos Pérez.
La versión oficial
El secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, reconoció esta mañana en conferencia junto al presidente Andrés Manuel López Obrador que el soldado disparó sin motivo alguno.
Detalló que en el vehículo viajaban tres personas y, cuando vieron que los militares estaban realizando operativos de revisión, se echaron en reversa para tratar de huir.
“Ahí hay una reacción errónea por parte del personal militar porque no hubo ninguna agresión con arma de fuego, pero uno de nuestros elementos hace uno de los disparos donde hiere a uno de los civiles que iban en el vehículo. Al herido se le da la atención por parte de nuestro propio personal, desafortunadamente pierde la vida”, explicó.
El funcionario agregó que en ese momento se aseguró el vehículo y se detuvo a las dos personas que acompañaban a la víctima, así como al soldado que disparó, quien fue puesto a disposición del Ministerio Público.
“Posteriormente, a las 15:00 horas llega un grupo de 300 personas entre pobladores de Motozintla (Chiapas) y personas de origen guatemalteco en varios vehículos, agreden al personal de forma verbal, con piedras palos, retienen a 15 elementos, tres vehículos oficiales y 17 armas. Exigían justicia. De inmediato el personal militar establece coordinación con agentes del Ministerio Público para informar lo que sucedía”, señaló.
Los comandantes de la Región y la Zona Militar, añadió, llegaron para iniciar un diálogo, lo que permitió que a las 18:00 horas fueran liberados nueve soldados, pero seis más permanecieron retenidos por los manifestantes.
“Si bien se estableció que iban a ser movidos a Guatemala, no dejaron nunca el territorio (mexicano). Sí los llevan a un área lejana de donde fue el incidente, pero no cruzan la frontera con Guatemala. Nuestra unidad de Vinculación Ciudadana llegó y continuó el diálogo. Se llegó a un acuerdo de reparación económica y obviamente a que se inicien las reacciones judiciales en contra del responsable. A las 03:00 am fue liberado el personal”, señaló.
Investigaciones
El homicidio del ciudadano guatemalteco se suma a la conmoción provocada por el caso de Victoria Esperanza Salazar, una migrante salvadoreña que el sábado fue asesinada por policías en el estado de Quintana Roo.