Ginebra. El Gobierno de Venezuela “sigue interesado en mantener una cooperación técnica de alto nivel con la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos” aunque bajo la condición de que no haya injerencias políticas de ésta en el país, aseguró en Ginebra el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Yvan Gil.
“Hemos planteado un proceso de discusión con la oficina del alto comisionado para llevar la cooperación técnica al nivel que corresponde, sin injerencias ni participaciones políticas”, aseguró el canciller en la sede europea de la ONU en la ciudad suiza.
Gil hizo estas declaraciones en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, después de que a mediados de febrero Venezuela suspendiera las actividades de la oficina local que el órgano que actualmente dirige el alto comisionado Volker Türk y el Gobierno de Nicolás Maduro habían acordado abrir en 2019, expulsando a sus 13 empleados.
“La oficina en Venezuela se había alejado de su mandato de imparcialidad, llevando a cabo acciones impropias al erigirse en una suerte de bufete particular de grupos golpistas y terroristas”, afirmó Gil ante el Consejo de Derechos Humanos.
“Ello nos obligó a suspender sus actividades en Venezuela hasta que se tomen los correctivos pertinentes”, agregó, criticando a la oficina por “no haber sido capaz de pronunciarse ni una vez ante las denuncias sustentadas del Gobierno nacional por intentos de golpe de Estado y magnicidio”. “Por el contrario, la oficina se hizo eco de la campaña de sectores radicales que continúan atacando a las instituciones y el Gobierno de Venezuela”, añadió el canciller.
Gil criticó también a la “burocracia internacional” de “atacar y calumniar a países soberanos como Venezuela, instrumentalizando los derechos humanos a su conveniencia” cuando al mismo tiempo protagoniza un “silencio cómplice” hacia los abusos de Israel en Gaza.