Que las palabras pasen a los hechos y que se solucione el problema con métodos correctos son las expectativas de varios abogados tras el discurso del presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) quien dijo trabajará para reducir la mora judicial en los tribunales de todo el país.

Juristas consultados por elCaribe coincidieron en que fue positiva y autocrítica la alocución del magistrado presidente Luis Henry Molina en la celebración del Día del Poder Judicial el pasado martes, pero también en que deben de revisarse algunos aspectos.

Para el abogado privado José Parra la problemática de los estancamientos de los procesos en los tribunales “no se va a resolver con un simple decreto” del presidente de alta corte, quien calificó la mora judicial como “una enfermedad grave que se ha vuelto crónica y amenaza el sentido mismo de la administración de justicia”.

Parra afirmó que la mora judicial en el país es altísima, hasta dentro de la propia SCJ. Y puso como ejemplo que tiene un caso en la alta corte desde 2015 pendiente de fallo, “que debió resolverse en tres meses”.

Consideró que una de las acciones a tomar para reducir la mora judicial es nombrar jueces de paz que sustituyan, no como plantea el presidente de la SCJ de designar magistrados de corte a resolver casos de primer grado, sino al revés, enviando los jueces de paz a tribunales de primer grado a resolver esos casos que están estancados desde hace años y subir jueces de corte a la SCJ para que reduzcan la mora judicial que hay en el propio seno de la SCJ.

“Fue un discurso autocrítico que reconoce los defectos que hay en la Suprema Corte de Justicia, el Poder Judicial, él mismo se hace un mea culpa para comenzar a resolver esos vicios que hay en el sistema… Me parece que es como autocrítico, sincero, al hacer una evaluación de lo que está pasando en la justicia”, expresó.

Jueces sin miedo

De su lado, el defensor público Harold Aybar, quien desarrolla sus funciones en el Palacio de Justicia del Distrito Nacional, afirmó que la mora judicial en el ámbito penal es mínima en esta jurisdicción, en comparación con las demás donde es mucha más alta.

A su entender, Molina dentro de sus propuestas también debió decirles a los jueces del país que tengan mano dura en sus decisiones y que no tengan miedo, “que les diga a sus jueces que la época de los jueces del miedo acaba de concluir con la llegada de él al sistema”.

“Un juez con miedo es lo peor que le puede pasar a un sistema de justicia porque al final estará fallando por el supuesto clamor público y no por las cosas que le son presentadas tanto por el órgano acusador, como por la parte querellante y la propia defensa”, expresó el joven jurista.

Pide poner atención a reincidencia

En otro orden, el diputado del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por el Distrito Nacional, Gustavo Sánchez, llamó la atención del Poder Judicial a reflexionar como uno de sus principales retos la reincidencia del delincuente, lo que considera como una de las principales causas que fomentan la violencia y la inseguridad en el ciudadano.

El vocero de los diputados peledeístas sostuvo que los jueces deben ser más severos al aplicar las penas a quienes delinquen, “para así evitar que éstos desaprensivos continúen implantando el terror en las calles llevando desasosiego y desesperanza”.

Dice “la cura es peor que la enfermedad”

El abogado José Rafael Ariza considera que “la cura es peor que la enfermedad”. Dijo que los fallos de los expedientes los están emitiendo abogados ayudantes para agilizar el proceso. Sostuvo que la medida para erradicar la mora no es contratar estos auxiliares, como aseguró lo hicieron, ya que no darían sentencias correctas. Agregó que lo mejor sería nombrar jueces interinos egresados de la escuela judicial. “Ah, ya no hay mora, pero hay 11 mil expedientes que estaban en mora que ahora son 11 mil sentencias malas”.

La distribución de carga no será por especialidad

La jueza Ysis Muñiz, de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, afirmó que el Poder Judicial tiene varios proyectos encaminados para ofrecer un servicio judicial oportuno y eficiente, dentro de los que está una redistribución de la carga de trabajo, “ya no obedeciendo a la especialidad necesariamente sino a tribunales que estén descongestionados y que puedan asignárseles casos”. “Hay una realidad y es que hay una carga de trabajo abrumadora”, indicó al ser entrevistada ayer en el programa Enfoque Matinal, de CDN.

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