Naciones Unidas ha advertido que los rendimientos de cultivos globales podrían disminuir en 30 %

Es probable que el mundo esté experimentando en 2022 uno de los años más cálidos, de acuerdo con investigaciones publicadas sobre el tema, que insisten en la necesidad de cargar menos el planeta con emisiones contaminantes.

¿Qué tan importante es la temperatura para la producción de alimentos, para los cultivos agrícolas, especialmente en contextos de baja productiva y carestía?

Naciones Unidas ha dicho que “los rendimientos de los cultivos globales podrían disminuir cerca de 30 % debido al cambio climático, mientras que se espera que la demanda de alimentos aumente 50 % en las próximas décadas”.

Las temperaturas mundiales en 2020 estuvieron entre las más altas registradas y rivalizaron con las de 2016, que ha sido hasta ahora el año más caliente de la historia, según datos internacionales recopilados por la OMM (Organización Meteorológica Mundial), publicados por Reuters, el 14 de enero de 2021.

Estudios de tipo científico, como uno realizado por el Servicio Meteorológico de Reino Unido, desde finales de 2021 han anticipado que la temperatura global promedio sería en 2022 cerca de 1.09 ° C mayor que los niveles preindustriales.

Y han dejado ver que “si bien se espera que las temperaturas sean levemente más bajas que las que se hayan registrado algunos años desde 2015, será el octavo año consecutivo con temperaturas 1 ° C por encima de los niveles del período preindustrial”.

De acuerdo con datos de la NASA, el año 2020 empató con el 2016 como el año más cálido en los registros. Y ese calor se produjo pese a que hubo una recesión mundial a causa de la pandemia de covid-19, que redujo profundamente las emisiones de combustibles fósiles, sumando pruebas de que las concentraciones de dióxido de carbono que ya se encuentran en la atmósfera han puesto al planeta en una senda de calentamiento, explica la publicación.

Mientras, el informe de la OMM incluyó datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos y de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, que clasificaron el 2020 como el segundo año más cálido, luego de que una tendencia de enfriamiento llamada La Niña no logró moderar las temperaturas globales.

Se ha advertido que las temperaturas globales no harán más que aumentar, si no se reducen de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo que fenómenos meteorológicos como olas de calor se vuelvan más frecuentes. Esto representa una amenaza para la producción de alimentos.

Las diferencias en las temperaturas medias mundiales entre los tres años más cálidos (2016, 2019 y 2020), eran indistinguibles, según la OMM.

Cinco conjuntos de datos estudiados por la institución mostraron que 2011-2020 fue la década más cálida, mientras otra entidad, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) dijo que los siete años más cálidos, desde que comenzó el registro en 1880, han ocurrido desde 2014.

La NOAA es una agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos cuyas actividades se centran en monitorear las condiciones de los océanos y la atmósfera.

En el caso de República Dominicana, aún dentro del país, hay condiciones que varían de una región a otra. Es muy probable que en un punto geográfico del territorio nacional exista más humedad y calor que en otro, así como más o menos vientos y horas de luz y más o menos precipitaciones. Es importante que el productor o inversionista tenga claro esos datos para que su decisión sea lo más certera posible, cuando decida colocar sus capitales en la actividad agrícola

Es ahí donde la meteorología desempeña un papel importante y pasa a ser un aliado de la agricultura, porque a través de sus áreas y estudios especializados puede sugerir si en lugar sembrar yuca el productor debe cultivar arroz, por ejemplo, o si en lugar de vegetales debe inclinarse por lechosa, y posiblemente en qué tiempo del año hacerlo.

Probablemente, no es muy elevado el porcentaje de cultivadores (especialmente los pequeños) que toma en cuenta todos los elementos requeridos para hacer un proyecto agrícola lo más seguro posible. Sin embargo, hay otros, como grandes grupos empresariales del ramo agrícola que sí lo hacen. La Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) posee una División de Agrometeorología que sirve de fuente de consulta para planificar la actividad agrícola.

En esa dependencia, concretamente en el Departamento de Climatología, existe un banco de datos, consultado frecuentemente por algunos productores.

Se generan boletines de interés para organismos como el Ministerio de Agricultura, en su condición de reguladora de las siembras, en adición a usuarios, productores independientes y compañías que puedan beneficiarse de esas informaciones.

La importancia de echar el ojo a datos de Onamet

En el país existe una serie de estaciones meteorológicas y cada una tiene usos específicos (no siempre inclinados al tema agrícola), aunque en determinado momentos tienen un uso general en la agricultura.

Por ejemplo, las estaciones que hay en los aeropuertos son exclusivas para la navegación aérea (en cuando al servicio que hacen y los datos que emiten). Pero esos datos también sirven para cuestiones ligadas a la climatología y la agricultura.

Hay estaciones sinópticas, que se utilizan exclusivamente para los pronósticos del tiempo y generan información de utilidad pública. Y existen estaciones agrometeorológicas, que son exclusivamente para la agricultura, porque miden evaporación y temperatura del suelo que, independientemente de otras, como son las lluvias, la temperatura ambiental y la humedad relativa, fortalecen el uso agrícola de la meteorología.

La Onamet cuenta con estaciones automáticas que hacen las transferencias de manera satelital. Los instrumentos meteorológicos para las personas que están “de puesto” en las estaciones los suministra la Onamet. Varios años atrás esas estaciones eran entre 70 y 80, diseminadas en la geografía nacional. Dependiendo del uso que se vaya a dar a los datos, están clasificadas en estaciones climatológicas, agrometeorológicas, sinópticas, aeronáuticas u otra denominación.

El sistema de monitoreo de alerta temprana es muy importante, así como contar con datos sobre el viento.

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