La Policía apresó ayer a los presuntos culpables de la desaparición y muerte de la niña Rosaidy Maité Gil Rivera, los nombrados Santos Cedano (Ángel) y Miguel Ángel Espiritusantos, y desvinculó del hecho a Pedro Antonio Rodríguez (Yoyo), quien se había entregado a las autoridades.El vocero de la Policía, coronel Frank Durán Mejía, informó que Cedano, de 32 años, quien es mecánico, admitió haber violado y matado a la menor de 11 años la noche del pasado primero de diciembre, aprovechando que ésta pasó frente a su casa y él le pidió que le comprara un refresco.

Dijo que el imputado esperó que la menor regresara del colmado para invitarla a su vivienda, donde aprovechó para violarla y posteriormente ahorcarla, y que supuestamente llamó a Espiritusantos y le pidió que le ayudara a deshacerse del cuerpo de la niña.

Durán precisó que según la versión de Cedano (Ángel), tomaron el cadáver de la niña y lo introdujeron en el carro marca Toyota Camry, placa A014254, propiedad de Espiritusantos, y lo tiraron en un cañaveral de La Otra Banda, en Higüey, donde fue encontrado por la Policía el pasado lunes 4 de este mes.

Durán Mejía admitió, además, que la versión de Cedano entra en contradicción con la del legista Félix Tejada, quien le hizo la autopsia al cadáver de Rosaidy. Mientras Ángel alega que la ahorcó el legista puso en su informe que la niña murió por un “shock hemorrágico”, provocado por heridas punzantes en el cuello y el tórax.

Rosaidy había desaparecido el pasado día dos de diciembre, informó su madre, Alexandra Rivera.

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