Ninoska Brito Montero, una arquitecta de 27 años que participó en varias ocasiones en el campamento de las tres causales frente al Palacio Nacional, confesó que preparó los brownies con marihuana y los envió por medio de una aplicación de delivery para llamar la atención del Gobierno y de la sociedad.
“El campamento de las 3 causales tenía como un mes ocurriendo y yo había participado en tres ocasiones, no veía que ocurría nada que llamara la atención de alguna forma sobre la sociedad o el gobierno y se me ocurrió hacer algo que llamara la atención, que pusiera el foco en lo que estaba ocurriendo en el campamento”, dijo la joven durante el interrogatorio.

Inicio de la idea

Cuenta que la idea se le ocurrió el domingo 18 de abril y que decidió utilizar la marihuana porque no es una sustancia toxica ni dañina.

“Entendía que nadie iba a perder la conciencia ni el juicio consumiendo esos postres, sino que iba a ser una sensación de relajación o algarabía, ansiedad talvez como mucho, pero manejable”, sostuvo Brito Montero.

Asegura que probó los postres antes de enviarlos y que no tuvo ningún malestar fuera de la relajación que siente alguien al estar bajo los efectos de esta droga.

“Me alarmé bastante, me puse muy ansiosa y no entendía por qué, si yo los consumí”, dijo.

Indicó que al tener todo listo, los envió a través de una aplicación con una nota dirigida hacia la persona que representaba el movimiento.

Comenta que fue al día siguiente que se enteró de que unas 10 personas se intoxicaron con lo que había preparado. La cantidad de brownies que envió fueron unos 20 o 30.

No tuvo ayuda

Al ser cuestionada sobre si actuó en complicidad con alguien más, aseguró que no tuvo ayuda de nadie y que la idea fue de su autoría.

Durante el interrogatorio, utilizó el seudónimo de María Teresa Alcántara e indicó que conocer una persona del campamento con ese mismo nombre, solo fue una casualidad.

“Fue un nombre que se me ocurrió, el hecho de que conocieran a alguien con ese nombre fue una coincidencia y según tengo entendido no comparten el mismo apellido, la persona que ella conoce no es apellido Alcántara”, explicó.

Expresó que conoce gente dentro del campamento, pero no personas que pertenezcan a la organización.

Brito Montero compró RD$1,000 de marihuana en un punto ubicado en la 27 de Febrero, pero la cantidad que compró no llega a tener una onza.

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