La avioneta detenida en 2019 con US$1.3 millones en La Romana es de una red que también operó en Brasil

El caso del tráfico de oro de Venezuela descubierto en República Dominicana en el año 2019, en el cual el Ministerio Público hizo una investigación que genera muchas preguntas, resultó ser una estructura que sacaba el oro por vía aérea y regresaba con dólares en efectivo que debían lavar en una red de al menos 10 empresas registradas en la nación bolivariana, entre las que destacan varias constructoras, ferreterías e importadoras.

El hallazgo de una caja con más de 1.3 millones de dólares en efectivo sorprendió la tarde del 25 de junio de 2019 a las autoridades del Aeropuerto Internacional de La Romana, tras registrar la avioneta de matrícula venezolana YV2887 que estaba a punto de partir con destino a la ciudad de Barcelona en el oriente de Venezuela.

Por este caso, desde septiembre de 2021 fueron enviados a juicio ante el Tribunal Colegiado de la Romana, Claudio Alejandro de Génova Fistarol, Jonathan Luciano del Valle y Estela Gómez Sánchez piloto, copiloto y pasajeros, así como los dominicanos Jhohancel Álvarez, Vianela de La Cruz, Fernando Ceballo y Richard Pérez Languasco, empleados del Aeropuerto de La Romana y miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria y Aviación Civil (CESAC).

Jonathan del Valle se fugó del país después de que le fuera variada la prisión preventiva por presentación periódica e impedimento de salida, y fue declarado en rebeldía por el tribunal.

En principio, se pensó que el monto de US$1,355,000 estaba vinculado a una operación de narcotráfico pero luego se determinó que el botín pertenecía a una mafia de tráfico de oro que, entre otros, involucraba a Roberto Espejo, nacido en Venezuela pero también con nacionalidad dominicana. El fiscal general de Venezuela Tarek William Saab, reiteró la información un mes después, y volvió a mencionar al mismo Roberto Espejo, pero esta vez como cabecilla de la maniobra.

¿Cómo Brasil descubrió el tráfico?

El prófugo que buscaban en este país y Venezuela terminó preso en Brasil. A Roberto Espejo lo detuvieron en ese país en los últimos días de 2019, acusado de formar parte de una red pero su captura permitió a la vez añadir algunas piezas hasta entonces faltantes de un acertijo todavía sin resolver en el Caribe.

Lo detuvieron en Brasil, no por el caso dominicano, sino como consecuencia de la llamada Operación Hespérides, por la que los cuerpos de seguridad brasileños destaparon un modus operandi complejo que sacó al menos 1.2 toneladas de oro de las minas ilegales del Arco Minero del Orinoco en Venezuela a través de empresas brasileñas.

Una de las más señaladas por la investigación, la firma MC Produtos da Extração Mineral, legalizaba el oro como chatarra y joyas usadas para luego depositar parte del botín en cuentas de supermercados y distribuidoras de alimentos de Pacaraima y Boa Vista, en el fronterizo estado de Roraima, que, a su vez, a manera de pago del oro, despachaban camiones (góndolas) repletas de comida al sur de Venezuela, país que entonces enfrentaba lo más álgido de una crisis socioeconómica y humanitaria.

De interés: Dominicana, Brasil y Venezuela, el triángulo del oro en el Caribe

El nombre de Espejo fue apenas mencionado unas cuantas veces entre los más de 80 individuos involucrados en la Operación Hespérides. Pero ello no impide percatarse de que se trata de un personaje singular. El expediente del caso deja ver que este sujeto, solicitado simultáneamente en República Dominicana por mover avionetas con millones de dólares sin declarar y en efectivo, es quien estaba detrás de al menos una de las empresas brasileñas que, entre 2017 y 2019, blanquearon oro, ocultaron bienes y encubrieron transacciones con cargamentos de comida.

“En el transcurso de las investigaciones, se reveló que el prófugo de la justicia en Venezuela y República Dominicana esconde en Brasil parte de sus bienes obtenidos a través del contrabando de oro”, cita un informe firmado el 8 de noviembre de 2019 por el oficial Vinicius Venturini, entonces a cargo de la delegación de la Policía Federal de Brasil en la población fronteriza de Pacaraima.

De acuerdo con las autoridades brasileñas, señalan como testaferro de Espejos a Cleber Felisberto de Aguiar, dueño de Ricca Comércio Ltda, una distribuidora de alimentos que se constituyó como el tercer mayor beneficiario de los depósitos de MC Produtos da Extração Mineral, la empresa que recibía el oro ilegal venezolano.

Las autoridades terminaron de señalar a Felisberto como testaferro, primero, cuando se toparon con una transferencia bancaria del brasileño al venezolano por 10,000 reales –unos 2,000 dólares– y, luego, encontraron la contabilidad de la empresa Ricca apuntada en español, con varios depósitos a nombre del mismo Roberto Espejo y de algunos de sus familiares.

El destino de Espejo, por lo pronto, está en manos de la justicia brasileña, que también debe decidir una solicitud de extradición que formalizó República Dominicana tras conocer su detención. Consultado sobre el tema, el Departamento de Recuperación de Activos y Cooperación Jurídica Internacional del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Brasil aseguró que “la extradición aún no se ha producido, ya que el caso aún no se encuentra en firme y hay recursos pendientes de sentencia ante el Supremo Tribunal Federal”.

Lo que pasa en RD y en Venezuela

Mientras espera por la eventual extradición de Roberto Espejo, la primera audiencia del juicio que se fue dilatando durante más de tres años, se celebró el pasado 30 de marzo contra otros dos venezolanos y cuatro dominicanos.

La próxima audiencia quedó pautada para el 9 de mayo de este año, sin el copiloto Jonnathan del Valle Mata, porque este se fugó. “Realmente se fue y está en rebeldía”, dijo José Rafael Ariza, su abogado.

Entre tanto, en Caracas, a casi 500 millas náuticas de La Romana, hay indicios de que los venezolanos detenidos y otros actores, integraban el elenco de una trama que hacía despegar avionetas cargadas de oro venezolano desde el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Barcelona.

Además de la YV2887 que encontraron en Dominicana con el botín, hay otras cinco avionetas –con las siglas YV3140, YV2660, YV3363, YV3165 y YV3166– que, entre enero y junio de 2019, despegaron y regresaron a Barcelona con escala principalmente en La Romana, según reflejan los registros del Aeropuerto Internacional José Antonio Anzoátegui.

Algunos vuelos de esas aeronaves tuvieron como destino Medellín, Colombia, así como Aruba, Curazao y Trinidad. Entre los tripulantes de esos viajes figuran los mismos procesados en RD, Di Genova y Mata Figueroa, así como el propio Roberto Espejo.

Este es un trabajo investigado y publicado por Joseph Poliszuk, María de los Ángeles Ramírez y Hogla Enecia Pérez, con el acompañamiento y apoyo de la Red de Investigaciones de los Bosques Tropicales del Pulitzer Center.

Así se lavaba el dinero del oro

La red sacaba el oro por vía aérea y regresaba con dólares en efectivo que debían lavar en una estructura de al menos 10 empresas registradas en Venezuela, entre las que se destacan varias constructoras, ferreterías e importadoras: Corporación y Suministros Romjeca C.A., Ferremateriales La 24 C.A., Ferremateriales La Excelencia C.A., Ferretería y Materiales de Construcción Arcihierro C.A., Importaciones y Exportaciones Pacífico C.A., Inversiones Moda Guayana C.A., Maquinarias La Excelencia C.A., Suministros Hierrollanos C.A., Supermercado Guayana Mall C.A. y Taboada Hermanos S.A.

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