Con todas sus limitaciones salieron a buscar un techo para vivir y encontraron “terrenos de nadie” carentes de la infraestructura necesaria para la instalación de servicios básicos y allí construyeron frágiles edificaciones en condiciones de vulnerabilidad y hacinamiento.

Se estima que en la República Dominicana 1 millón 195 mil 902 personas viven en asentamientos precarios. Dicho de otra forma, el 12 por ciento de la población habita en tugurios, de acuerdo con el “Informe Nacional sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible”.

El documento en cuestión, presentado en el 2016 por la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, tiene como fuente al Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, específicamente la base de datos de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La cantidad de individuos en asentamientos inseguros es considerada por urbanistas como un mal creciente. No obstante, el referido informe destaca avances en este sentido si se compara con la situación en 1990, año en el que se estimó en 1 millón 983 mil 297 el número de personas que habitaban los tugurios.

“Según la conclusión del análisis de desempeño de los ODM, la República Dominicana cumplió con la meta de reducción de la proporción de la población urbana que vive en tugurios: la redujo de un 27.9 % en el año 1990, hasta 12.1 % en 2014”, puntualiza el estudio.

ONU-Hábitat define tugurio como aquella vivienda que carece de uno o más de los siguientes elementos: acceso a agua potable, alcantarillado, espacio libre de hacinamiento, murallas de material firme y durable y de seguridad en la tenencia.

El Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo en su boletín “Vivienda y bienestar social en la República Dominicana” destaca que en las zonas de barrios populares en el Gran Santo Domingo y en Santiago existen concentraciones de tugurios extremadamente irreparables.“Casas hechas de desperdicios, con espacio limitado y hacinamiento, falta de agua, insalubridad y concentración de aguas negras, entre otras, constituyen uno de los retos que tiene el país en la lucha contra la pobreza”, agrega.

Concluye en que el ordenamiento territorial es fundamental para detener la expansión de los tugurios infrahumanos y el desorden que provoca la violación del derecho de propiedad, que también debe preservarse.

1 millón de viviendas sin acceso adecuado al agua

Partiendo de datos sobre el déficit habitacional en el país, el boletín “Vivienda y Bienestar Social” (2017), del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales precisa que del total de viviendas clasificadas como deficitarias cualitativamente, casi un millón de ellas no tiene acceso adecuado a agua, más de medio millón no cuenta con un sistema de desecho sanitario y más de 120 000 viviendas no tienen electricidad.

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