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Fausto Miguel Cruz, quien era amigo del ministro, es descrito por los fiscales como un asesino frío y calculador

Ser amigos cercanos no le impidió que le disparara varias veces de la forma más fría y calculadora, a pesar de que, hasta el último instante confiaba en él y cuando sacó el arma de fuego le pidió que no lo baleara.

Lo mató y se retiró calmadamente. Fausto Miguel Cruz decidió quitarle la vida al ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, por este no otorgarle unos permisos que estaba gestionando, ha establecido el Ministerio Público durante las investigaciones del hecho que ha dejado al país de luto.

Cruz estaba acreditado como Técnico Honorífico del Despacho del Ministro, pero acudía de forma constante a la institución sin cita y de manera prepotente pretendía ser atendido por Jorge Mera, dice el órgano acusador, que precisa que esta situación había provocado que el fenecido funcionario le llamara la atención.

Cruz, establecieron los fiscales, se creía con el derecho de mandar en el Ministerio de Medio Ambiente bajo el alegato de que había que resolverle. Los investigadores indican que el imputado tenía la concepción de que el Estado es un botín al que se tiene derecho de acceder por amistad o vinculación política.

Pedía varios permisos

La inconformidad de Cruz, quien este jueves se enfrentará a la justicia, era debido a que a la empresa Aurum Gavia S.A., la cual está bajo investigación, se le había negado un permiso para exportar cinco mil toneladas de baterías usadas.

Tal era su insistencia que cuando se le rechazó el permiso, explican los fiscales en la solicitud de medida de coerción, el imputado lo reintrodujo. No era el único permiso, continúan explicando, pues este había solicitado otros tantos y se quejaba de forma airada de que no le resolvían. Su actitud violeta se demostró cuando hace menos de un mes amenazó al consultor jurídico del Ministerio de Medio Ambiente, indicaron los fiscales.

Cuando el imputado vio que no se les otorgarían la cosas simplemente por ser amigo del ministro, comenzó una escalda de atropellos y demandas absurdas e ilícitas al personal del Ministerio, explicaron los investigaciones, que dijeron que este irrespetaba la agenda de los funcionario que tienen altas responsabilidades.

El día del suceso

No duró más de una hora para lograr su cometido. El día del suceso, Fausto Miguel Cruz aprovechó la debilidad en la seguridad del ministro Jorge Mera, quien era de fácil acceso y le había dado confianza para entrar en su despacho.

El Ministerio Público dice que Cruz planificó tan bien la acción que se vistió con una chaqueta para ocultar el arma de fuego, a pesar de que siempre acostumbrara a ir solo con camisa.

Había llegado a la sede del Ministerio de Medio Ambiente faltando poco más de una hora para el mediodía. El relato de los fiscales indica que Cruz se presentó a la oficina de uno de los funcionarios, a donde estaba reunido con otros y de manera violenta le dio en la frente a uno de ellos que le reclamó.

Tras el reclamo, se mostró violento y amenazante y le dijo que “hiciera lo que él quisiera” y de una vez preguntó por el ministro Jorge Mera no sin antes vociferar muy alterado “hice campaña y no me resuelven”.

Antes de que Cruz subiera al despacho de Jorge Mera, uno de los funcionarios llamó a la coordinadora del despacho del ministro, le comunicó sobre la actitud del imputado y le advirtió que llamara a la seguridad.

La funcionara buscó a un agente de seguridad, pero Cruz comenzó a cuestionar la presencia del policía y ahí tuvo que intervenir la asistente de Jorge Mera, quien se encontraba reunido en su despacho con un personal de la institución.

Quería entrar a toda costa al despacho de Jorge Mera, y hasta entró e intentó cerrar la puerta con todos allí. El ministro le dijo que esperara hasta terminar la reunión.

Seis disparos

Una vez que salieron todos de la oficina, dice el Ministerio Público, Jorge Mera se paró en la puerta del despacho y le manifestó al seguridad que no necesita custodia. “Miguel es mi amigo, Miguel es mi hermano, es mi hermano, para qué seguridad”, dijo el fenecido funcionario.

Estando solos, Jorge Mera cierra la puerta de su despacho, pocos minutos después, dicen los fiscales, se escuchó cuando el ministro dijo “Miguel no” y ahí mismo Cruz le disparó seis veces, tanto a larga distancia, como ya herido mortalmente, de cerca.

Le baleó en la cabeza, la cara, el pecho, la espalda y la mano izquierda. Tras matarlo, explican, Cruz escapó por unas escaleras que ya conocía, mientras el seguridad trató de entrar al despacho, pero como estaba cerrado, tuvo que ingresar por otro lado, encontrando al ministro en el piso.

Luego del asesinato, Cruz salió en calma. Como no podía acceder a su vehículo, ya que se habían activado las alarmas, aprovechó que estaban dejando salir a varias personas a pie para retirarse del Ministerio y abordar un motor.

Quería escaparse de la iglesia, pero no pudo

Se dirigió a una iglesia católica cercana y estando allí llamó por celular tres veces a su hija, para que lo fuera a buscar. Su pariente se encontraba en el parqueo del Ministerio de Medio Ambiente del que no podía salir. Los fiscales dijeron que Cruz se entregó ya que inmediatamente ocurrió el asesinato, se montó un amplio dispositivo de seguridad, lo que le impidió desplazarse lejos. Es ahí, cuando explican, le dice al párroco de la iglesia que había matado a alguien sin dar su nombre. Cruz había tenido contacto con la procuradora adjunta Yeni Berenice Reynoso a quien le dijo que se iba a entregar y que le protegieran la vida. Fue arrestado en el interior de la parroquia donde también se recogió el arma con la cual dicen los fiscales Cruz le disparó al ministro Jorge Mera. La pistola estaba en la oficina del sacerdote envuelta en la chaqueta que el imputado vistió ese día. Hoy le conocerán coerción.

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