Bajo un árbol de caoba en el parqueo del Hospital Docente Doctor Moscoso Puello, diariamente diferentes personas que proceden de varios lugares de la capital esperan hora tras hora por un personal médico para que informe el avance de la salud de su pariente afectado por el covid-19.

Para los familiares, la espera se hace infinita cuando la información más fresca ofrecida por una enfermera, indicaba que el paciente estaba en estado delicado y que había sido recién ingresado a Unidad de Cuidados Intensivo (UCI). No les quedaba más que retener o expulsar su angustia desde ese lugar acompañado de otros que también pasan por la misma situación.

Juntos han sido testigos de aquellos que llegaron en estado crítico en una ambulancia a ese centro y que luego salieron victoriosos por superar la infección, pero también han sido espectadores de los que salieron en el “carrusel” de metal porque perdieron la batalla.

“Aquí ya somos familia porque uno vive pendiente tanto al familiar de uno que uno no ve allá dentro, como al del señor o la señora con la que uno comparte aquí afuera todos los días”, contó a elCaribe Minerva del Rosario.

La señora dijo que lleva 12 días visitando el lugar porque su esposo, de 58 años de edad está ingresado, pero en estado estable en el Moscoso Puello.

Del Rosario sostuvo que desde su llegada ha escuchado a otras personas manifestar su dolor por la pérdida de un familiar, así como también se ha desahogado con las personas que están presentes cuando tenía miedo por la situación de su esposo.

María Delgado, una de las féminas que aguarda bajo el árbol, informó que lleva siete días a espera de que su padre supere el virus y en desasosiego. Sin embargo, comentó que cuando se siente así comienza a hablar de plantas con la persona que esté a su lado.

“Cuando yo veo que me comienzo a preocupar que voy a llorar por mi papá que está allá dentro, de una vez me seco las lágrimas y hablo con alguien sobre las plantas que tengo en mi casa para calmarme y ahí aprovechamos todos y nos distraemos”, comentó Lucia Sobeyda Pérez.

Sobeyda Pérez explicó que hizo una amiga durante la estancia de su padre en el hospital y que cuando una no está presente la otra se queda al tanto para cuando los médicos salgan a informar los pormenores de los enfermos de coronavirus.

“El ir a mi casa y volver al hospital hizo que yo me quedara con el número de una persona que permanecía cuando me iba”, dijo Pérez.

Un paciente covid y su hija se escriben a diario

Melkis Castillo tiene a su padre interno con covid-19 desde el pasado martes y desde entonces se comunica con él a través de una “libretica” que compró para que este escriba cómo se siente todo los días. Castillo reveló que tras comprar el artículo se lo pasó a una enfermera para que esta se lo entregara a su progenitor”. En la libretica me escribió un día que le dolía el cuerpo y que no podía defecar y al otro día me dijo que se sentía mejor”, dijo.

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