Resultados traumáticos de las elecciones del 1986, 1990, 1994 tienen en común es el estrecho margen de votos entre el ganador y el perdedor

El resultado de las primeras primarias administradas por la Junta Central Electoral (JCE)dividió al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y ha dejado cuestionado el órgano electoral por las denuncias de irregularidades que hizo el expresidente Leonel Fernández que compitió contra Gonzalo Castillo y perdió por un estrecho margen de 26 mil 694 votos.

En declaraciones recientes el presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, reconoció que en las primarias “se cometieron algunos errores” como extender el horario de votación en centros de varias provincias del Sur, pero sea bajo la denominación de “errores”, “irregularidades” o “fraude. Lo cierto es que por casos como el ocurrido el pasado 6 de octubre la historia política y electoral de la República Dominicana ha cambiado para siempre en los últimos 30 años, por el resultado cuestionado de tres procesos electorales.

Los resultados traumáticos de las elecciones del 1986, 1990, 1994 tienen en común el estrecho margen de votos entre el ganador y el perdedor. Aunque el impasse generado en el 2019 se limita a las primarias de un partido político, el hecho de que ese proceso lo administrara la JCE, sus consecuencias cruzan el límite interno del PLD, porque generaron fuertes cuestionamientos al sistema de votación que utilizó la JCE, y a fin de cuentas se trata de los mismos árbitros que harán las elecciones del 2020.

En el 1990, Juan Bosch y el PLD perdieron por un estrecho margen de 24, 470 votos frente a Joaquín Balaguer y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); en el 1994, José Francisco Peña Gómez y el Partido Revolucionario perdieron por 22 mil 281 de Balaguer y el PRSC. En las elecciones del 1986 el margen fue algo más amplio, una ventaja de 43,226 votos frente al PRD y Jacobo Majluta, pero habían 28 mil 545 observados y 84 mil 210 nulos.

En total suman 89 mil 977 votos solo en esos tres procesos electorales, que han tenido un peso político tan fuerte que han cambiado la historia del país.

Ahora, 2019, aunque en un proceso interno, pero con unas elecciones primarias con el padrón de la JCE, el expresidente Leonel Fernández pierde con apenas 26 mil 694 votos de diferencia y en medio de graves denuncias de fraudes e irregularidades.

El cuestionado resultado de las elecciones del 1990 dejó fuertes tensiones en el país. El cómputo oficial de la JCE dio ganado a Balaguer por un margen de 24 mil 470 votos y Bosch y el PLD denunciaron que fueron víctima de un fraude. Leonel Fernández, entonces joven dirigente del PLD incluso llegó a escribir un libro sobre ese momento publicado con el título: “Raíces de un Poder Usurpado”.

La crisis del 1990 incubó la que explotó en el 1994. Con la mediación de monseñor Agripino Núñez Collado los partidos mayoritarios, PLD, PRD y PRSC, iniciaron un diálogo en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) que incluyó la escogencia de nuevos miembros de la JCE y la modificación a la ley electoral que entre otros cambios dispuso aumentar de tres a cinco los miembros de la JCE. El organismo quedó conformado por Manuel Ramón García Lizardo, presidente, y los miembros fueron Pompilio Bonilla Cuevas, Fulgencio Robles López, José Enrique Almánzar y Luis Dhimes. Las elecciones del 1994 fueron cuestionadas y generaron una crisis política que puso al país al borde de una guerra civil.

De nuevo, la JCE fue el centro del conflicto por las incongruencias en el resultado de las elecciones donde tanto el PRD, que postuló a José Francisco Peña Gómez, como el PRSC, que presentó para una tercera reelección al entonces presidente Joaquín Balaguer, se declararon ganadores de las elecciones. La embajada de los Estados Unidos emitió fuertes críticas contra la JCE y se designó una comisión para el reconteo de los votos que concluyó en agosto de ese año. Para resolver la crisis del 1994 fue necesario un acuerdo entre los partidos políticos denominado “Pacto por la Democracia” que incluyó una reforma constitucional y una reforma a la ley electoral. Además, redujo en dos años el periodo del presidente electo en el 1994, por lo que las próximas elecciones presidenciales se harían el 16 de mayo del 1996. La elección de los miembros de la JCE se hizo con el consenso de todos los partidos y quedó presidida por César Estrella Sadhalá y miembros Juan Sully Bonelly, Luis Mora Guzmán, Rafael Vallejo Santelises y Aura Celeste Fernández.

Desde el 2016, la forma de votar genera conflictos
En las elecciones del 2016 la JCE implementó un nuevo sistema de escrutinio y registro de los concurrentes con una inversión de casi 40 millones de dólares. La propuesta consistía en eliminar el conteo manual por una lectura escaneada de la boleta física.
Aunque ese proyecto había sido aprobado por todos los partidos, una semana antes de las elecciones seis precandidatos presidenciales de oposición se negaron a participar en los comicios y exigieron el conteo manual del cien por de las actas, pedido que la JCE se vio en la obligación de conceder luego de la sugerencia que hizo el jefe de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), Andrés Pastrana.

La propuesta de votación automatizada que ha hecho la JCE y que fue implementada en las pasadas primarias se ha convertido en la principal fuente de conflictos para las elecciones del 2020.

Mientras la JCE y el PLD defienden el novedoso sistema, Leonel Fernández y los partidos que lo apoyan tienen un rotundo no a que se usen de nuevo, mientras el Partido Revolucionario Moderno (PRM) dijo que esperará el resultado de una auditoría que aún no arranca y la que en coincidencia con Leonel Fernández ha pedido que se haga con el acompañamiento de la OEA. Hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta con cuál sistema de votación se sufragará en el 2020, mientras el tiempo corre y la tensión entre los actores políticos y la JCE aumenta.

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