Santiago. Joel Amboise llegó prácticamente siendo un niño a la República Dominicana procedente de su natal Haití. Vino con el sueño de mejorar económicamente y ayudar a su familia.
Sin embargo, a sus 37 años de edad y luego de haber hecho una familia de dos hijas de 9 y diez años, no han sido suficientes para que pueda agilizar su estatus migratorio.
Aunque fue el primero que hizo el proceso para obtener los papeles, desde hace prácticamente dos años permanece a la espera de que le entreguen la documentación. “Yo fui el primer inscrito en el plan de regularización con el número 28-000001 y no sé por qué conmigo se ha hecho tan difícil entregarme mis documentos”, apuntó Amboise, quien reside en la comunidad La Herradura, en la parte oeste del municipio de Santiago de los Caballeros.
Refiere que entregó todos los documentos y hasta los integrantes de la iglesia donde se congrega y las juntas de vecinos y las mismas autoridades, le entregaron el documento de buena conducta.
“Lo que más temo es que por desidia de las autoridades me apresen, me monten y me lleven para Haití después de permanecer aquí durante 37 años. Esto sería muy triste para mis dos hijas, que están en las escuelas de tanda extendida, el saber que me alejarán de ellas”, expresó Joel Amboise, quien se dedica a la labor de comerciante, ofertando mercancías en las calles de forma ambulante.
Desde el mes de febrero del pasado año inició el proceso de renovación y a la fecha son varios los viajes que ha tenido que hacer hacia la Gobernación provincial de Santiago.
El comerciante dice que las veces que ha acudido para retirar su documento, siempre le salen con que no está listo. En esa misma situación se encuentran decenas de trabajadores de nacionalidad haitiana que ven cómo los operativos que realiza Migración solo afecta a sus compatriotas.
