La Vega. Los cuatro años de relación sentimental que Yolanda Ramírez Aracena mantuvo con quien se convirtió en su verdugo fueron de un total calvario.

Las constantes amenazas de matarla si decidía dejarlo fueron consumadas por Antonio Brito. El cuerpo de Yolanda, de 33 años de edad, fue hallado por dos de sus hijos en una habitación de su residencia, en el sector Mocán Campana, una zona rural de La Vega, limítrofe con Baitoa.

Quedan en condición orfandad tres niños de 14, 11 y ocho años de edad que la víctima procreó en su anterior relación. “Lo único que espero es que apresen a quien mató a mi hija y que cumpla por lo que hizo”, expresaba entre llanto Martha Aracena, madre de Yolanda.

Aunque nunca se querelló, según Ana Carolina Ramírez, prima de la mujer asesinada, eran constantes las quejas y maltratos físicos a los que era sometida, por lo que decidió terminar la relación. El agresor tan pronto cometió el hecho emprendió la huida.

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