Especialista narra cómo la pérdida de su padre en una sala emergencia la condujo a su vocación

La sala de una emergencia es uno de esos lugares donde pocos quisieran estar por voluntad propia. A Rosmery Martínez la une un vínculo especial. Allí ha vivido, probablemente, los momentos más tristes de su vida, pero también los de mayor satisfacción, ese sentimiento que experimentas cuando tienes la oportunidad de salvar vida.

Cuando apenas tenía 19 años presenció la muerte de su padre en una emergencia. Desde entonces se propuso ser una emergencióloga comprometida.

En entrevista concedida a elCaribe, la joven doctora, especialista en Emergencia y Desastres, nos cuenta su experiencia en el marco de la serie de reportajes “En sala de emergencia”.

¿Qué te motivó a convertirte en una emergencióloga?
Cuando era pequeña sabía que iba a ser médico, pero decía que iba a ser pediatra porque me gustaban mucho los niños, pero lamentablemente en nuestra familia hubo un acontecimiento no muy grato. Mi padre falleció en una sala de emergencia. Falleció prácticamente en mi cara. Después de ese momento entendí que si yo iba a estudiar Medicina, necesitaba una especialidad que me diera las habilidades de ejecutar y efectuar acciones de que cuando una persona estuviera en esa situación yo pudiera servir. Hubo la coincidencia de que cuando hice la pasantía me tocó trabajar en una sala de emergencia y ahí fue cuando me enamoré más.

¿Crees que se pudo evitar la muerte de tu padre?
Yo tenía aproximadamente 19 años cuando pasó. No te puedo decir que fue una negligencia, te puedo decir que en ese momento la doctora que le dio la asistencia no tenía las habilidades ni los conocimientos necesarios, que pudiera ejecutar maniobras heroicas como las que yo he aprendido en el transcurso de mi vida, que pudiera en ese momento evitar que él tuviera una muerte súbita. No puedo decir que si ella tuviera las habilidades y conocimientos él estaría vivo, pero si se hubiera hecho todo lo pertinente para que los signos vitales permanecieran y que no perdiera la vida así de manera tan brusca.

¿En qué consisten las maniobras heroicas?
Son maniobras que hace un emergenciólogo cuando tiene un paciente en etapa crítica. Son la reanimación cardiopulmonar, la entubación, desfibrilación. Por ejemplo, ante un paciente con una parada cardiorrespiratoria evidenciada por el personal del área de la salud, se ejecutan maniobras heroicas, dar reanimación cardiopulmonar, que consiste en dar compresiones cardíacas… el corazón, tú a través de tu mano, seguir dando compresiones para que la sangre fluya y el corazón vuelva nuevamente a latir. Si eso sucede en un lapso de 30 minutos, procedes inmediatamente intubación endotraqueal hasta que se busque la causa.

¿Has tenido alguna vez la oportunidad de lograr que una persona vuelva a la vida?
Sí. He tenido muchísimas oportunidades. Lo que te puedo decir es que ha sido gratificante cuando tú recibes un paciente que se debate entre la vida y la muerte, y esas habilidades y conocimientos que adquiriste tú los aplicas al paciente y al final tú obtienes tu objetivo, que el paciente no fallezca. El emergenciólogo a diario suele ver, suele hacer maniobras heroicas en un servicio.

¿Entonces, en ocasiones pueden ustedes resucitar gente?
Sí, pero hay un tiempo para resucitar. No todo paciente se resucita, si tu corazón dejó de latir y pasaron 30 minutos, ya no se te puede resucitar porque pasaron los 30 minutos. Es el proceso que tarda que haya una muerte celular completa.

Aunque has tenido experiencias de salvar vidas, ¿también has perdido pacientes?
Sí, marca, porque comienza el debate sobre qué somos después de la muerte y piensas cómo puedes perder la vida en un segundo. Yo siempre trato de hacer un poco más, siempre pienso en lo peor, y al pensar en lo peor, actúo. Entonces por no hacer, por eso no me voy a arrepentir, porque yo voy a seguir haciendo mientras vea latido.

¿Te ha tocado dar malas noticias?
En realidad tú nunca te acostumbras a perder a un paciente. Lo que más te destrozas es tener que dar la información a un familiar de que alguien falleció. Tú no sabes cómo esa persona va a actuar, qué va a decir, si te va agredir, si se va a desplomar, si vas a tener que atenderla. Esa palabra de falleció yo nunca la he dicho, siempre he dicho hicimos todo lo posible, a pesar de todo el que tiene el control es el Señor y por maniobras que hicimos, el corazón no volvió a latir.

Pero al final nosotros somos guía y el Señor es quien tiene el destino. Cuando yo recibo un paciente crítico, que yo sé que el paciente puede fallecer, siempre digo que se tiene que quedar un familiar conmigo y que él evidencie todo lo que nosotros como área de la salud hacemos. Él va a ser el testigo de saber si yo hice lo necesario para salvarle la vida a su pariente.

¿Cómo es el día a día de un emergenciólogo?
Como emergenciólogo, nunca trabajas solo, siempre tienes un médico general que te ayuda a darle la primera asistencia al paciente y tú debes hacer que la emergencia fluya. Tienes que saber todos los pacientes que hay, qué tiene cada paciente y tratar de agilizar el proceso. La responsabilidad del emergenciólogo es la emergencia completa. Todo el paciente que está en emergencia, aunque no sea evaluado por el emergenciólogo, es responsabilidad del emergenciólogo.

¿Cómo manejas la carga laboral y el estrés?
Yo amo mi especialidad, mi carrera, no me estresa, todo el que me conoce y va a la sala de emergencia sabe que me va a ver contenta o feliz. Es solamente tener paz y control, porque si te llevas de la ansiedad, tu mente se va a cerrar y no va a ser clara, diagnóstico que no piensas, diagnóstico que no buscas y cuando tienes un paciente crítico es cuando tienes que tener la mente más serena.

¿Qué tan importante es la presencia de un emergenciólogo en una sala de emergencia?
Nuestro deber como emergenciólogos es descartar toda patología que pueda ocasionar la pérdida de tu estado de salud. El objetivo principal de un emergenciólogo es que cada paciente que acuda a la emergencia se le dé un adecuado manejo, un servicio humanizado y que los diagnósticos que se planteen sean pertinentes.

Qué has aprendido de tu profesión?
En una sala de emergencia, un minuto es una vida. Aprendí que si quieres darle algo de valor a alguien, dale tu tiempo y eso es lo que yo doy, tiempo.

Valor del tiempo
En una sala de emergencia, un minuto es una vida. Aprendí que si quieres darle algo de valor a alguien, dale tu tiempo y eso es lo que yo doy”.

Serenidad
Cuando tú tienes un paciente crítico es cuando tienes que tener la mente más serena.”

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