Historia electoral muestra que unificar oposición no define la derrota al gobierno, influye más el voto contra la gestión

La propuesta de unificar la oposición para enfrentar al partido de gobierno de cara a las elecciones de 2024, parece que va rumbo al fracaso si el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) aprueba no aliarse a la Fuerza del Pueblo (FP), la otra organización más importante de la oposición.
El rechazo manifiesto de figuras claves del PLD a un acuerdo con toda la oposición obliga a un recorrido por la historia electoral del país que documenta que el ideal de participar unificado para derrotar al gobierno de turno casi siempre ha fracasado.

A pesar de que la historia registra derrotas a la oposición unificada como ocurrió con la alianza rosada en 2006, y de victorias contundentes en solitario como pasó en las presidenciales de 2004 y 2020, el relato de la dirigencia política le otorga un gran valor al impacto del voto opositor unido, que el resultado histórico de las elecciones, no respalda.

Desde 1974, con el fracaso del Acuerdo de Santiago hasta la Convergencia por un Mejor País, promovida con mucha anticipación para los comicios de 2016, en las 16 votaciones que se han registrado para escoger al presidente de la República, así como los representantes congresuales y municipales, el liderazgo político nunca ha logrado un acuerdo total, y en muy pocas ocasiones coaliciones parciales.
Lo más cercano a un acuerdo de esa naturaleza ocurrió en los pasados comicios, sin embargo, en el nivel presidencial los principales proyectos recorrieron en solitario el camino hacia el poder.

Para las elecciones municipales de 2020, la oposición encabezada entonces por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) logró unificar unos 14 partidos.

Sin embargo, organizaciones como Alianza País que dirige Guillermo Moreno, no se unieron a esa propuesta, que incluyó la FP, de nacimiento reciente por la salida de Leonel Fernández y sus seguidores del PLD.

La unificación que se logró también para el nivel senatorial, y por la presidencia corrieron con seis candidatos en 2020. Gonzalo Castillo por el oficialista PLD y desde la oposición, Luis Abinader, postulado por siete partidos, que ganó en primera vuelta; Leonel Fernández, candidato por cinco partidos; Guillermo Moreno, por Alianza País; Juan Cohen por el Partido Nacional de Voluntad Ciudadana (PNVC) e Ismael Reyes, por el Partido Demócrata Institucional (PDI).

En los comicios previos, en 2016, la coyuntura política estuvo impactada por la división y caída del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que dejó de ser protagonista del escenario electoral y se unificó al PLD, entonces partido de gobierno.

El liderazgo opositor lo asumió el PRM surgido de la división del partido del jacho. Para esas elecciones, el fallecido Hatuey de Camps, promovió un acuerdo total de la oposición que, como otros, terminó en fracaso.

En ese proceso electoral también surgió “Convergencia por un Mejor País”, un proyecto que buscaba fungir como sombrilla de grupos políticos y sociales vinculados al PRD históricamente, y luego al PRM. Ese proyecto no logró los resultados esperados.

Las elecciones se realizaron el mismo día para todos los niveles y a la Presidencia aspiraron ocho dominicanos: Danilo Medina, por el gobernante PLD; Abinader, por el opositor PRM; De Camps, por el PRSD; Elías Wessin, PQDC; Pelegrín Castillo, FNP; Soraya Aquino, PUN; Minou Tavárez Mirabal, APD y Guillermo Moreno, AlPaís.

Para los comicios presidenciales de 2012, la oposición encabezada por el PRD, logró seis aliados y se postularon seis a la Presidencia. Danilo Medina por el PLD; Hipólito Mejía, PRD; Max Puig, APD; Eduardo Estrella, Dominicanos por el Cambio; Julián Serulle, Frente Amplio y Moreno, Alpaís.

En las elecciones congresuales y municipales de 2010, la oposición tampoco logró un acuerdo importante.

Antes, en los comicios presidenciales de 2008, no hubo esfuerzo para unificar la oposición, sino para el surgimiento de un bloque de partidos emergentes que se denominó la Cuarta Vía, que promovió de Camps Jiménez.

La idea no logró los resultados esperados y solo dos organizaciones se unieron para postular a Eduardo Estrella como candidato del PRSD, y el Partido Humanista Dominicano (PHD). Dominicanos por el Cambio no había logrado reconocimiento para entonces.

Los demás candidatos fueron, Leonel Fernández, a la reelección por el PLD; Miguel Vargas por el PRD; Amable Aristy Castro por el PRSC; Trajano Santana por el PRI; Pedro de Jesús Candelier por la Alianza Popular y Guillermo Moreno por el Miuca.

Para las congresuales y municipales de 2006, como parte de una estrategia de unificación de la oposición, surgió la alianza rosada, entre el PRD y el PRSC con el objetivo de competir frente al gobernante PLD.

El resultado de esas elecciones fue una derrota para la oposición a pesar de que fue unificada. El gobernante PLD logró 22 de 31 senadores, y 96 de 190 diputados. Contrario a lo ocurrido en 2006, en 2004, la oposición fue dividida. Los principales partidos de oposición, el PLD y el PRSC, llevaron candidatos separados, pero el partido morado con Leonel de candidato obtuvo el 57%.

Esas votaciones estuvieron caracterizadas por la crisis económica generada por la quiebra de varios bancos en el gobierno del PRD y de Hipólito Mejía.

En las elecciones de medio término, en 2002, el PRD había arrasado al lograr 29 de 31 senadores, así como la mayoría en la Cámara de Diputados y los alcaldes.

En las presidenciales de 2000, la oposición, compuesta por el PRSC y el PLD, fue dividida a las votaciones. Joaquín Balaguer fue el candidato del partido Reformista y Danilo Medina por el PLD. Hipólito Mejía, candidato del PRD, ganó en la primera vuelta, pero no logró el 50+1 que requiere la Constitución.
Esas elecciones fueron caracterizadas por la división del voto rojo y morado que generó la victoria electoral de 1996 en la segunda vuelta.

Para las elecciones de 2000, el PLD con Danilo Medina como candidato presidencial, obtuvo un 25% de los sufragios, mientras que el PRSC, con Balaguer logró 24%, por lo que la división de ese voto fue vital para impulsar la victoria del partido blanco en primera vuelta.

Cuatro años antes, en 1998, el PRD había logrado una victoria electoral contundente en las elecciones de medio término a pesar de estar en oposición. Obtuvo 28 de 30 senadores y la mayoría de los ayuntamientos. Ese año, seis días antes de las elecciones, murió José Francisco Peña Gómez, líder del partido blanco.

Otros acuerdos opositores

Para las elecciones de 1996, el PRD y Peña Gómez, promovieron lo que se conoce como el Acuerdo de Santo Domingo, que generó una gran alianza de partidos y grupos sociales que buscaban derrotar al Partido Reformista con diez años seguidos en el poder.

Esa coalición alcanzó más del 46% de los votos en la primera ronda de votaciones, pero fue derrotado en la segunda vuelta al alcanzar solo 48%.

Para esas votaciones no hubo una unificación de la oposición, pues el PLD representaba la otra fracción de la oposición, que decidió recorrer un camino separado del PRD. Con el respaldo del PRSC, que quedó en tercer lugar con 15%, el PLD ganó por primera vez las elecciones.

En las votaciones de 1994, la oposición, divida entre el PRD como partido dominante, y el PLD que venía creciendo como partido emergente, no hizo intentos de unificarse. Lo propio ocurrió en 1990.

Para esas elecciones, se registra la mayor fragmentación histórica del voto opositor. El PLD, por primera vez salta a la escena como protagonista, polarizó con el PRSC, pero perdió al obtener 33% frente al 35% del partido rojo. El PRD, por primera vez cayó en tercer lugar y logró 23% de votos. En esas elecciones debutó el Partido Revolucionario Independiente (PRI) con Jacobo Majluta como candidato y logró un 7%. La abstención que se registró ha sido la segunda más alta en la historia electoral, 40% solo superada por el 45% que no votó en las presidenciales de 2020.

Para las elecciones de 1986, no hubo acuerdo opositor, sin embargo, ganó la oposición, encabezada por el PRSC y Joaquín Balaguer. Para esos comicios, el PLD que crecía como partido emergente, logró el 18% de los votos.

En el 1974 se gestó el famoso Acuerdo de Santiago encabezado por los líderes del PRD que llevaría a Antonio Guzmán como candidato. El PRD finalmente no participó en esas elecciones por la falta de garantías en el proceso.

Con mayoría simple, o 50+1, se gana sin alianzas

Las reglas para ganar la Presidencia de la República en el país han experimentado cambios. Hasta 1996 se lograba con mayoría simple, pero desde esa fecha hasta ahora, se requiere el 50+1 para ganar la Presidencia. La historia registra que la oposición dividida ha ganado la Presidencia en los dos esquemas. En 1986, el PLD era un partido emergente en crecimiento, y el PRSC el principal partido de oposición. Esos partidos no hicieron alianza para 1986, pero el Reformista le ganó al gobernante PRD, bajo el modelo de mayoría simple. Para el 2004, el PRSC y el PLD encabezan la oposición,no hicieron alianza, pero el PLD ganó al PRD con 57% en un esquema de mayoría de 50+1.

El voto en contra con más poder que alianzas

Por lo ocurrido en las pasadas elecciones de 2020 y en 2004, por solo citar dos casos, es evidente que el factor fundamental para que un partido gane desde la oposición es el voto de rechazo al gobierno de turno. En las pasadas elecciones los excesos de los funcionarios del PLD en el uso del poder, la división y el mal manejo a la suspensión de las elecciones de febrero, generaron un voto de rechazo que dio el triunfo al PRM, a pesar que no logró unificar a los partidos de oposición en la boleta presidencial. Para el 2004, la alta inflación y la crisis económica generaron un voto de rechazo al gobierno de Mejía y el PRD, que provocaron la victoria en las urnas del PLD, a pesar de que no logró un acuerdo con el PRSC, un partido importante de oposición.

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