Cuando se cumplen 75 años de la muerte de Federico García Lorca, fusilado entre las localidades granadinas de Víznar y Alfacar en agosto de 1936, el legado de este escritor universal continúan hoy más vivos que nunca, al igual que el misterio sobre el paradero de sus restos.
Este poeta, dramaturgo y prosista español es conocido en todo el mundo por sus extraordinarias obras, entre ellas: Tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita, Doña Rosita, Mariana Pineda, Romancero gitano, Bodas de sangre y Diván del Tamarit.
En Granada (España) tierra que lo vió nacer, se han realizado diversas actividades para honrar su memoria: han respasado su juventud, madurez y plenitud. «Federico vive» fue precisamente el título elegido en esta ocasión por la Diputación de Granada para los actos de homenaje que se celebran cada año en memoria del artista. Dichos actos han sido realizados en el entorno donde se cree que fue fusilado, un parque dedicado al poeta en el que la mayoría de investigadores apuntan que podría encontrarse enterrado.
Más de 460,000 personas han podido disfrutar de una visita a la casa natal de García Lorca, ubicada en Fuente Vaqueros (Granada) donde el poeta vivió los primeros años de su infancia y que recientemente ha cumplido 25 años como museo, el primero que se dedicó al universal escritor, cuya memoria continúa hoy, 75 años después de su fusilamiento, tan presente (18 de agosto de 1936).
García Lorca murió ejecutado tras la sublevación militar de la Guerra Civil Española, por su afinidad con el Frente Popular y por ser abiertamente homosexual.
