Sustancia. Estos aditivos contribuyen a extender la vida de los alimentos y las bebidas, así como a realzar su sabor, además de protegerlos de las bacterias. Habitualmente elegimos un alimento por el color, el sabor, el aroma y la textura.
Estas características suelen ser mejoradas por ciertos aditivos llamados acidulantes, los cuales modifican, regulan la acidez y refuerzan su sabor.
“Un aditivo alimentario es toda sustancia que, sin constituir por sí misma un alimento ni poseer valor nutritivo, se agrega intencionalmente a los alimentos y/o bebidas para modificar sus características y facilitar o mejorar su proceso de elaboración o conservación”, explicó la nutricionista costarricense Larisa Páez. Los acidulantes son también antioxidantes , ya que protegen los alimentos del daño que genera la oxidación
Los acidulantes, como el ácido cítrico o el ácido málico, ayudan a controlar la acidez o alcalinidad de un alimento y a mantener su pH. Un control inadecuado del pH en un producto puede provocar el desarrollo de bacterias no deseadas, generando un gran riesgo para la salud.
“Además de prevenir la proliferación de bacterias, la acidificación contribuye a mantener la calidad de un producto”, añadió Páez. Por ejemplo, alimentos que suelen ser poco ácidos, como los pepinos, el coliflor y los pescados, se suelen acidificar. Por último, pero no menos importante, los acidulantes constituyen un portafolio completo de opciones para redondear y reforzar sabores, tal y como lo hacen en los productos naturales de donde proceden.