El asesinato de Guillermo Moncada (2)

Conocer de Guillermo, es unir infinidad de mosaicos personales, percepciones individuales, recuerdos y anécdotas con elementos comunes: un hombre de profundos valores humanos, amoroso, honesto, sincero, cordial; amante de la paz y el respeto a los

Conocer de Guillermo, es unir infinidad de mosaicos personales, percepciones individuales, recuerdos y anécdotas con elementos comunes: un hombre de profundos valores humanos, amoroso, honesto, sincero, cordial; amante de la paz y el respeto a los demás; creyente y practicante del diálogo y el argumento. Es quizás esta última característica la que le llevó a su espacio final; se fue sin entender que con las bestias no se argumenta, porque el instinto primario gobierna todas sus reacciones.

Escribió Gaby Ortiz, quinceañera vecina, impactada por el asesinato de su “tío Guillermo”: “El vacío que mi corazón siente es gigante, el simple hecho de que todas las mañanas su sonrisa no me dirá buenos días, todos sus chistes ya no me provocarán gracia y los pocos abrazos que nos dimos son más que valiosos para mí en este momento. Tío Guillermo para mí es un modelo a seguir, una persona trabajadora y dulce. Una persona que siempre quería que el mundo fuera feliz”.
Mitch Lizardo residente donde ocurrió la tragedia, en carta pública al asesino: “Con su acto, se llevó la dignidad, privacidad, seguridad e integridad del hogar de más de 18 familias, incluyendo la suya. Se llevó, la inocencia de todos los niños que aquí viven, incluyendo los suyos, convirtiendo su espacio de juego en la escena de un crimen, dejando secuelas psicológicas en su memoria, para el resto de sus días”.

Arelis Rodríguez, vecina de Guillermo expresa, entre muchas otras disquisiciones filosóficas: “Porque ésta no es una tragedia familiar ni individual, nos alcanza a todos. Y cada uno de nosotros llevará siempre la cicatriz de esta herida, no importa el tiempo ni las circunstancias que nos rodeen”. “Nos hemos convertido en rehenes de la violencia  que nos lleva al extremo de estar aterrorizados por nuestros propios vecinos”. Tres testimonios que explican lo especial de la víctima. Participante activo en un grupo heterogéneo de monteo en “4 Wheels” que han acumulado polvo de los más recónditos caminos, parajes y lugares de nuestra geografía y recogido anécdotas y experiencias personales que los llevaron a llamarlo “El Buda”, más que por su físico regordete y felicidad en la sonrisa, por sus actitudes y similitudes con Siddhartha Gautamá, figura sagrada del Budismo y el Hinduismo.

Rofi Rodríguez, uno de los contertulios motorizados, ingeniero de profesión y promotor educativo de corazón y herencia,   recuenta de su intensa amistad, lo define como su mejor amigo, mientras la sensibilidad herida inunda sus ojos de lágrimas. Relata un evento donde ante una reacción agresiva de un campesino, la actitud de paz de Guillermo calmó los ánimos de todos. Su asesinato con alevosía, ensañamiento contra  un sujeto pasivo, es la muerte de un ruiseñor.

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