Barça no cede espacio

MÓNACO. El Barcelona ligó ayer en la noche en Mónaco el póquer de títulos de la Súpercopa de Europa al vencer al Porto por 2-0 gracias a dos jugadas estelares de Lionel Messi, que demostró una vez más que es el rey del tapete.

MÓNACO. El Barcelona ligó ayer en la noche en Mónaco el póquer de títulos de la Súpercopa de Europa al vencer al Porto por 2-0 gracias a dos jugadas estelares de Lionel Messi, que demostró una vez más que es el rey del tapete.

Esta era la única competición oficial en la que el astro argentino no había podido añadir una muesca más a su revólver y el Luis II todavía era hasta ayer un terreno virgen para su voracidad sin límite y su ansia de gol.

Él, que vistiendo la camiseta azulgrana había marcado en Wembley, en los Olímpicos de Roma y Atenas, en el Santiago Bernabéu, en el Celtic Park de Glasgow, el Saint Jakob Park de Basilea, en el Gerland lionés y el José Alvalade lisboeta, en el Weserstadion de Breme, en el Parken Stadion de Compenhagen, en el RSK Olimpiyski y Donbass Arena de Donetsk, en el Lobanosky Dynamo Stadium de Kiev y en el VfC Arena de Stuttgart.

En el principado monegasco resolvió este asunto menor. Otro reto superado para el mejor futbolistas del planeta, quién sabe ya si es el mejor de todos los tiempos.

Messi solucionó una espesa primera mitad del Barcelona con un gol de oportunismo al filo del descanso, un regalo de Guarín en un mal despeje que el de Rosario recogió cuando ya tenía encima a Helton.

Otro se hubiera precipitado en la definición y hubiese estrellado el balón en el cuerpo del portero. Él no. Controló la pelota, sentó al meta del Oporto con un requiebro imposible y lo empujó a placer al fondo de la red.

Hasta entonces el equipo luso había incomodado a su rival con su defensa adelantada, mucho empuje arriba y una presión asfixiante que los azulgranas, sin Piqué en el eje de la zaga y Busquets en el pivote defensivo, le costaba superar saliendo con el balón jugado desde atrás.

Segundo gol del juego

Cuando el partido llegaba al final, Messi volvió a aparecer para fabricar el segundo, una conducción desde la línea de tres cuartos que acabó con un quiebro y un centro preciso sobre la llegada de Cesc, que mató el balón con el pecho y, sin dejarlo caer, fusiló sobre la salida de Helton. Con éste ya van doce los títulos que ha logrado el Barça en la era Guardiola en solo tres años. El propio Cesc ya ha ganado dos -los mismos que en toda su carrera en el Arsenal- en dos semanas como azulgrana.

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