El impacto de la central termoeléctrica que construye el Gobierno en Punta Catalina, Baní, dependerá de la materialización del programa de rehabilitación de redes y la construcción de infraestructuras de transmisión de electricidad.Los 700 megavatios que aportará al sistema la megaobra energética a partir del primer semestre del 2018, deberán incidir en una baja del costo general de generación, pero para que ese arrastre se produzca, debe existir una estructura de transmisión y generación que facilite el máximo aprovechamiento del aporte de esa central, compuesta por dos plantas a carbón de 360 megavatios cada una.
Si las redes y las subestaciones y demás estructuras del sistema de distribución eléctrica no se rehabilitan y modernizan, Punta Catalina no cumpliría con el papel que le ha conferido el Gobierno, de ser el ente propulsor de la reducción del costo de generación del mercado. Sería como construir un acueducto nuevo, con tuberías rotas.
Costos inmediatos
El caso de las inversiones en redes y demás infraestructuras de transmisión, es que son cuantiosas y se requieren en el corto plazo, pero sus resultados se obtienen a mediano y largo plazo. Comercialmente, los resultados de esas inversiones se verán a partir de dos años de la conclusión de los proyectos específicos.
La Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) tiene en proceso de ejecución la segunda fase del programa de reducción de pérdidas, que, con financiamiento del Banco Mundial, del BID, el Banco Europeo de Inversiones y el OFID, por un monto consolidado de US$358 millones, deberá ser ejecutado entre el año que finaliza y el 2020.
El programa está diseñado para abarcar 86 proyectos en total, de los cuales 53 corresponden a la distribuidora del Sur (Edesur), 20 a Edenorte y 13 a Edeeste.
Esa fase prevé rehabilitar 2,960 kilómetros de redes, establecer 334,556 equipos de telemedición, rehabilitar 63 circuitos, reducir las pérdidas en 6.15 puntos porcentuales y concienciar a 505,435 familias. De ese programa está en plena ejecución la proporción que financia el BID, con US$78 millones.
Las autoridades de la CDEEE esperan que para cuando las plantas a carbón estén en operación, la mayor parte de los circuitos y subestaciones de la segunda fase del proyecto de rehabilitación de redes y reducción de pérdidas esté terminada.
La idea es “recibir a la Central Punta Catalina en forma debida”, comentó el vicepresidente ejecutivo de la CDEEE, Rubén Jiménez Bichara.
El peso que tendrá Punta Catalina en el mercado
Central Punta Catalina es el proyecto insignia de la política energética oficial, con una inversión estimada en alrededor de US$2,000 millones. Con este proyecto el Gobierno espera modificar la matriz energética del país, hasta el momento dominada por la generación a través derivados de petróleo. La adición de los 700 megas comerciales de Punta Catalina, el costo de compra de las Edes se colocaría alrededor de 10 a 12 centavos de dólar.