La alegría que me invade alcanza niveles insospechados por la medalla de oro lograda por la selección Sub17 de baloncesto en Puerto Rico el fin de semana pasado.Poner en alto el nombre del país en cualquier suelo no tiene precio, pero históricamente el hacerlo en el boricua tiene otra connotación. Quiérase o no, tanto los hermanos de la Isla del Encanto como nosotros disfrutamos un poco más cuando uno vence al otro.
Que el margen de victorias fuese aplastante habla mucho del talento que estuvo en la cancha. Las felicitaciones se hacen extensivas al cuerpo técnico, encabezado por José “Maíta” Mercedes, el inmortal del deporte dominicano que sigue sumando puntos de valía a su dossier de dirigente.
Por igual a los asistentes, en especial a Melvin López, quien considero un hermano que tiene una colección de trofeos que es tan elocuente como el mejor discurso posible sobre su calidad.
Es en las categorías menores donde no debe haber descuido en ninguna federación del deporte criollo. Esa es la base del futuro y bien hace la de baloncesto, capitaneada por Rafael Uribe, al darle todo el calor necesario a las suyas.
El amigo Uribe, pasando de los sueños a la realidad, ha peinado el país junto a su staff detrás del mejor grupo posible. No debe parar ni un instante. Las grandes conquistas se construyen con sangre, sudor y lágrimas, parafraseando al célebre Winston Churchill.
Aspiramos a que ese equipo Sub17 se convierta en una generación dorada de nuestro baloncesto, en una copia de aquella que dio a José “Grillo” Vargas y Alfred “Tito” Horford, entre otros, en los 80.
Ahora es que les falta por alcanzar. Apelamos a que las manos amigas del baloncesto se incrementen para obtener un verdadero crecimiento de la disciplina.
Apunte esto
A pocos jugadores en el país se le ha tenido tanto cariño y respeto como Miguel Tejada, pero su sanción de 105 juegos por anfetaminas cae en el terreno de lo indefendible… Los Yankees han mejorado mucho con Alfonso Soriano y Álex Rodríguez en la alineación.
