La República Dominicana está bastante expuesta a los efectos nocivos del cambio climático del que tanto se habla en las principales cumbres y foros internacionales. Por ello, crear conciencia a todos los niveles es el primer paso que debemos plantearnos como país.
En este sentido, el reciente Acuerdo del Clima para mitigar los efectos perjudiciales del calentamiento global, y que fue alcanzado en París por 195 naciones tras semanas de negociación durante la conferencia COP21, es un punto de partida histórico.
Ese acuerdo compromete a los países con sus políticas públicas, pero también a las empresas y a las personas, con el objetivo de que la humanidad en su conjunto sepa y pueda adaptarse a las inevitables consecuencias del fenómeno.
En ese sentido, el Banco Popular, que acompañó en París a la delegación del Gobierno dominicano, mantiene desde hace años una consistente vocación de aportar diferentes iniciativas a lo interno y externo de la organización, cuyo fin es minimizar su huella ambiental y crear conciencia en diferentes públicos.
“Como institución financiera, comprendemos el impacto que los efectos del cambio climático tendrán sobre nuestro modelo de crecimiento económico”, se lee en su más reciente Informe de Gestión Anual, donde detalla a los accionistas las diferentes actuaciones llevadas a cabo durante el pasado año 2015.
El ejemplo en casa
Con este convencimiento, el BPD cuenta ya con la cuarta parte de su red de sucursales trabajando con energía solar. Más de 8,000 paneles solares permiten el funcionamiento de medio centenar de sucursales, los cuales poseen en conjunto una capacidad instalada de 2.2 megavatios (mW), convirtiendo al Popular en “la institución privada del país con mayor capacidad de generación de energía solar”, según relata su Informe de Gestión.
Además de un ahorro en su factura eléctrica, estas oficinas sostenibles contribuyen directamente a un mejor equilibrio energético. Esta cultura de ecoeficiencia se completa con un sistema de gestión automatizada de los flujos del aire acondicionado, la luz y el agua.
Además, los empleados están altamente involucrados. Destaca el Informe de Gestión, el programa de Ecoeficiencia y Cultura 3R que, entre otras iniciativas, está desplegando zafacones de reciclaje de papel, cartón y plástico para el uso del capital humano de la empresa. En 2015 se recolectaron 1,190 libras de papel y 1,400 libras de plástico, que fueron llevadas a puntos limpios o centros de acopio.
La entidad bancaria cuenta también con productos que mitigan el impacto ambiental ocasionado por sus clientes. Tal es el caso de la primera tarjeta de crédito biodegradable del Caribe y segunda de Latinoamérica, fabricada con un material derivado del almidón de maíz.
El “plástico” biodegrable que tiene la innovadora Visa FCB Escola puede ser reutilizado hasta 50 veces y durante su proceso de descomposición se convierte en fertilizante para el suelo.
Es “una gran novedad y una prueba más del compromiso del Popular para ser una organización financiera responsable en materia de sostenibilidad”, describe la organización en su informe.
La educación como palanca
A la hora de crear conciencia medioambiental, la educación sobre las nuevas generaciones de dominicanos es vital. De ahí, el interés de la entidad financiera en acercar estos temas a los jóvenes.
En ese sentido, el Popular colabora con 25 centros educativos del país para desarrollar el programa educativo ¡Soy ecoeficiente! entre más de 1,500 alumnos de secundaria.
La apuesta del banco es involucrar a los estudiantes que finalizan sus estudios de bachillerato en la creación de proyectos realizables en su plantel educativo que den respuesta a algunos desafíos del cambio climático, específicamente, proyectos basados en la cultura 3R (Reducir, Reutilizar y Reciclar), el manejo sostenible del agua y de las energías renovables. La premiación de los centros ganadores se conocerá el 22 de abril.
Más de 15 años reforestando
Quizás la acción más sostenible que el Banco Popular, junto a otras filiales del Grupo Popular, lleva a cabo en favor del medio ambiente y de la reducción de la huella ambiental son las tradicionales siembras efectuadas por sus propios empleados.
La mayoría de ellas han tenido lugar en el Plan Sierra, en jornadas que se realizan desde 1999 y que han permitido hasta la fecha reforestar miles de tareas con casi 195,000 árboles sembrados.
Hoy son visibles en diversos parajes del Plan Sierra, uno de los proyectos de sostenibilidad ambiental más importante del país, y en muchos de los bosques conformados por grandes árboles que fueron sembrados como pequeñas matas hace años por voluntarios de la institución financiera.
El Grupo Popular ha contribuido hasta la fecha con la reforestación de 20 bosques ubicados en zonas estratégicas del país de gran importancia para la conservación de cuencas hidrográficas y el recurso agua. Al mismo tiempo, estas siembras contribuyen a aumentar el valor del terreno, lo que representa una mejora para el futuro de los habitantes de la zona.
