Como en el Tahití de Paul Gauguín, en el que el cuerpo mismo era la mayor forma para los maorís expresar el arte en el punto más alto de la imaginación, así los fanáticos de Residente y Visitante han marcado su piel con el nombre del grupo o con letras de sus canciones.
Sin importar si son hombres o mujeres, son muchos los jóvenes que cuelgan en el Facebook oficial de Calle 13, fotografías en las que muestras sus tatuajes, muchas de ellas con la piel aún inflamada por la creación. La creatividad no se queda atrás en esto, en el cuello, los pies, la muñeca, el antebrazo, la cadera, espalda, el pecho, el hombro, no importa, el objetivo es dejar una clara señal de que son fieles seguidores. Hoy te los presentamos, para comenzar a calentar los motores para el tan esperado concierto que tendrá lugar el próximo 30 de septiembre en el Gran Arena del Cibao.
Algunos han plasmado algo discreto, sólo un símbolo, mientras que otros se han puesto el nombre. Claro, aparecen otros que son mucho más audaces y se han escrito la frase de alguna de sus canciones, no, pero se puede incluso ver a uno que fue mucho más audaz y se tatuó la canción “Latinoamérica” com-ple-ti-ta en la espalda, ¡que bárbaro!
También, muestran un álbum de imágenes, que algunos fanáticos con capacidad de crear arte con sus propias manos, han hecho. Se pueden ver algunas caricaturas y gráficos de ambos, otras sólo de René Pérez Joglar (Residente) y muchos de los mensajes que dejan implícitos en las letras de sus canciones.
Y es que no podía faltar más, si es el mismo exponente de “Atrévete” quién los ha incentivado, el propio René cuenta con nada menos que seis tatuajes en su cuerpo. Pero no se es que va donde el tatuador y a hojear un catalogo a ver cuál le gusta, si hiciera eso no fuera el exponente de libertad y protesta que dice ser, cada uno tiene una historia particular y los lleva ya en su cabeza antes de llevarlos a cabo.
Según cuenta, el primero es el de las tres flechas verdes, con una curvatura diferente cada una, que simbolizan la relatividad, para él ésta es la más importante, porque era lo que quería hacer. El segundo que se realizó es basado en varios números en negro que, según dice, tratan sobre la lógica numérica.
El tercero suena hasta cómico, él se inspiró en una pintura de Jean Michel Basquiat, entonces cuando iba a Barcelona a estudiar cine, su temor por los aviones le hizo creer que en el que viajaría se caería, por eso antes de hacer el viaje se lo hizo. Su fascinación por el arte continuó con el próximo tatoo, en el que se plasmó un elefante verde, del pintor Raven Dranat Díaz Calderón, quien fue roomate por un año en Puerto Rico y actualmente es el novio de su hermana Milena.
La quinta marca en su cuerpo siguió siendo culpa de su pasión por el arte, esta vez se trata de una pintura de Matisse, que es la silueta de una mujer. Aparece como si fueran pedacitos de papel de construcción pegados.
Finalmente, su brazo izquierdo, que estaba en blanco, parece haberlo reservado para su gran obra, el rostro de su madre, en forma de retrato.
