Cerrando el 2016 III

Con gran ilusión despedimos el 2016, un año en el que hemos podido crecer como profesional y ser humano. Han sido muchas las vivencias que hemos tenido y disfrutado en estos doce meses, pero también, hemos tenido momentos de gran reflexión ante…

Con gran ilusión despedimos el 2016, un año en el que hemos podido crecer como profesional y ser humano. Han sido muchas las vivencias que hemos tenido y disfrutado en estos doce meses, pero también, hemos tenido momentos de gran reflexión ante situaciones lamentables, pues varias personas muy queridas y admiradas han partido de este mundo. Por suerte, nos ha quedado su legado, tal es el caso del multifacético artista Ángel Haché.
Contradictoriamente, nos hemos sentido feliz al ser testigo fiel de la forma en que se ha querido homenajear a quien tantos aportes realizó a nuestro acervo cultural, muy a pesar de que entendemos que los reconocimientos deben hacerse más en vida, sobre todo cuando se trata de figuras tan representativas como Ángel Haché, quien al celebrar sus 50 años en el arte nacional, le montaron un evento paralelo queriendo opacar el esplendor de la noche inaugural. No obstante, sus verdaderos amigos y quienes en verdad hemos estado conscientes del valor de sus creaciones, estuvimos allí; apoyándole.

Cabe destacar la muestra que se inauguró hace unos meses en Galería 360 donde se presentó una selección de sus dibujos bajo el título: “Blanco y Negro”. En la referida exposición, cada obra recogía uno o varios personajes del cine, desde imágenes de “El Gabinete del Doctor Caligari” hasta varias escenas de películas de Fellini. El conjunto de obras forma parte de la Colección del Museo de Arte Moderno, compuesta por decenas de dibujos realizados con gran precisión y maestría.

Sin embargo, el principal homenaje a Don Ángel Haché, sin duda alguna ha estado a cargo de su compañera Elsa Núñez, quien, a través de sus obras expresó hermosos sentimientos como catarsis en: “Los latidos de Ángel”, presentada en el Centro Cultural Mirador Santo Domingo, aún disponible al público.

Bravo por Elsa que se ha apoyado en el sentimiento para deleitarnos una vez más con sus maravillosas representaciones, esta vez, reflejando no sólo la estética de un arte estilizado y cargado de detalles, sino también rico en vivencias y emociones que mantienen vivo en la memoria a quien fue uno de los principales exponentes del arte nacional.

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