Cocinar con agua y carbón es más barato

Una de las quejas más comunes en nuestro país es lo mucho que cuesta la electricidad.  No son pocos los que consideran…

Una de las quejas más comunes en nuestro país es lo mucho que cuesta la electricidad. 

No son pocos los que consideran que tenemos la luz más cara del mundo.
La verdad es que la luz no es barata en República Dominicana. ¿Pudo haberlo sido? Sí. Pero faltó visión y voluntad política. 

Y es que hasta 1972, los precios del petróleo eran de ganga: menos de US$3.50 el barril.  Quienes nos gobernaron en esos años aparentemente pensaron que podríamos seguir comprando petróleo barato hasta el final de los tiempos.

Quizás por eso no invirtieron lo suficiente en la construcción de presas hidroeléctricas que nos permitiesen aumentar considerablemente la generación de electricidad usando un recurso renovable como el agua.

La inestabilidad y la tendencia creciente de los precios del petróleo arrancó  el 5 de octubre de 1973 con la guerra de Yom Kippur.

El embargo de petróleo impuesto por algunos países árabes e Irán a los países que estaban apoyando a Israel, elevó los precios en 400%. 

A final de 1974, el precio del petróleo estaba por encima de los US$12.00 el barril.

A pesar de que hemos poco a poco diversificado la matriz de generación de electricidad en el país, todavía el 46% de la energía que producimos se genera quemando derivados del petróleo (fuel-oil No. 2 y 6). 

En otras geografías del mundo sí tuvieron visión y voluntad política.  Tómese el caso de Centroamérica. 

Mientras en nuestro país las hidroeléctricas apenas aportan el 11.7% de la generación neta de electricidad, en Centroamérica las hidroeléctricas son responsables del 51.9% de la generación.

Nuestros empresarios se quejan de que sus colegas centroamericanos tienen una ventaja competitiva sobre los nuestros, cuando compran electricidad a un precio más bajo que el pagado por los dominicanos.

Señalan, por ejemplo, que la industria costarricense paga el kilovatio-hora a un precio que oscila entre 14 y 17 centavos de dólar mientras que la dominicana, en promedio, lo paga a 24.

Visto así, rápido, a la ligera, uno podría sentirse indignado. Sin embargo, cuando profundizamos un poco para ver cómo se genera electricidad en Costa Rica, descubrimos que el 76% de la generación neta de electricidad en el 2010 fue provista por hidroeléctricas y apenas un 4% por generadores que utilizan derivados de petróleo. Nosotros, en cambio, como ya vimos, apenas generamos 11.7% con hidroeléctricas y 46% con derivados de petróleo.

Por eso los empresarios ticos compran la electricidad a menor precio.

Otros protestan porque el DR-CAFTA nos obliga a competir con industrias norteamericanas que pagan una tarifa promedio de 6.72 centavos de dólar el kwh, con un mínimo de 4.55 en Idaho y un máximo de 24.29 en Hawai.

Lo que no se dice es que en EUA, el 45% de la electricidad es generada con carbón, el 24% con gas natural, el 20% con plantas nucleares, el 10% con hidroeléctricas y otros recursos renovables, y apenas el 1% con petróleo y derivados.

No vamos a llegar a ningún lado con quejarnos de que la tarifa en el país es muy elevada, mayor que el promedio de Centroamérica y EUA.

Seamos realistas.  No es lo mismo generar con agua o con carbón que generar con derivados de petróleo.  Hoy estamos pagando en el país errores que cometimos en el pasado.  En la década de los 60 y 70 apostamos a que el petróleo siempre sería barato y no invertimos lo suficiente en hidroeléctricas. Nos equivocamos.

Si echamos un vistazo a vecinos más cercanos que por las limitaciones de sus geografías y la ausencia de caudales suficientes de agua están imposibilitados de generar con hidroeléctricas, quizás nos convenceremos de que mientras no tengamos más generación con agua, carbón y gas natural, no podremos aspirar a tarifas similares a las de EUA o Centroamérica.

Cuando observamos la tarifa de electricidad promedio en centavos de dólares por kWh que prevalece en Bermuda (59.9), Isla Caymán (47.4), Turks & Caicos (47.3), San Martín (40.7), Grenada y Barbados (38.9), Antigua (37.9), Jamaica (34.9), Curazao (32.8), Aruba (28.4), Puerto Rico (28.0), Guadalupe (27.3),  y Santa Lucía (26.9), y la comparamos con la tarifa promedio de 21.1 centavos de dólar que facturaron las empresas distribuidoras en RD en junio del 2011, comprenderemos que mientras mayor sea el porcentaje de la generación con derivados de petróleo, mayor será la tarifa que deberá pagar el consumidor.

Podemos seguir engañándonos entre nosotros y amenazar con tumbar al gobierno que se atreva a subir la tarifa promedio de 21 centavos de dólar por kWh que se factura en la actualidad. Si el gobierno cede ante la presión, nos seguirán cobrando los 21 centavos, le pagaremos 14 luego de descontar los fraudes, pero nunca olvidemos que en la vida “no hay almuerzo gratis”. 

El agujero que se genera por el fraude y rezago en la tarifa, dado los precios de los derivados del petróleo, se terminará cubriendo con endeudamiento público interno o externo, con mayores impuestos, con menor inversión en educación o una combinación de todo lo anterior. Y eso lo terminamos pagando todos. l

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