Asumiendo la idea de Miranda de una gran patria hispanoamericana, Bolívar convocó a las naciones emancipadas al Congreso Anfictiónico de Panamá a objeto de lograr tal unión republicana, que ocuparía el territorio desde México hasta Chile y Argentina… “en una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene su origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería… tener un sólo gobierno que confederase los diferentes estados … ” (Lelty Muñoz, ktdrabolivariana, 2011/10), en que cada nación conservara la autoridad política centralizada del coloniaje, y la soberanía sobre el territorio colonial en 1810.
A pesar de los propósitos, creo que el congreso fue el primer fracaso de unidad latinoamericana, y que parte de la culpabilidad la tiene el propio Bolívar que no se dio cuenta de que sus objetivos de unidad coincidían con afanes de soberanía de otros estados americanos. Además de convocante del congreso y de invitar al Brasil monárquico y esclavista, Bolívar era presidente del Perú y de la Gran Colombia-Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá-mientras Bolivia era presidida por su lugarteniente A. J. de Sucre. Además, su idea de confederación, a veces citada sin su final, “mas no es posible (la confederación), porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes, dividen a América” (Juan Carlos Alemán, http://juanaleman.psuv.org.ve/2013/06/22).
Finalmente, los acuerdos arribados durante el congreso tocaban temas que dificultaban la aprobación por tocar intereses locales y conflictos ya en discusión o litis. Entre éstos están el que se refiere a territorialidades nacionales; el que denuncia la actitud de España y el daño causado al Nuevo Mundo; el que apoya las independencias de Cuba, Puerto Rico, Las Canarias y las Filipinas; el que procura la abolición de la esclavitud; el que gestiona de los Estados Unidos el uso de su doctrina Monroe contra los intentos de España para recobrar sus antiguas colonias; el que busca la adopción de medidas de presión para que España reconozca las nuevas naciones emancipadas, y el que dejaba para negociación bilateral los conflictos existentes ya entre las nuevas naciones. Todo esto expresado sin considerar que la declaración de Bolívar “los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”, había ocasionado su decisión de no invitar al Congreso de Panamá al Estado norteamericano, y que, sin embargo, Colombia y las provincias de Centroamérica, por lo menos, enviaron al país del norte invitaciones de su propia intencionalidad.
Así las cosas de los primeros ejercicios de política nacional conjunta de parte de los líderes de los territorios autónomos americanos, no parece extraño que el primer intento haya sido rotundo fracaso.
