Conversando con Bernardo Segura

El día 15 de este mes se cumplirán dos meses que tu corazón dejó de latir. Te fuiste después de una gran batalla por tu salud. También nuestros corazones se conmocionaron.

El día 15 de este mes se cumplirán dos meses que tu corazón dejó de latir. Te fuiste después de una gran batalla por tu salud. También nuestros corazones se conmocionaron.Tal como viviste, la presidenta de la Fundación Sur Profundo, doña Melba Segura de Grullón, tu ilustre hija, te rindió los honores que te mereces.

La Funeraria Blandino se convirtió en una manifestación de solidaridad y cariño. Catorcistas, constitucionalistas y todo un arcoíris social y político te despidió con el corazón y con el alma. Estuvo también el presidente de la República, licenciado Danilo Medina.

Todo parece indicar que el pueblo habló con Dios y nos dijo que tu espacio en el cielo estaba garantizado junto al coronel Caamaño, y naturalmente con tus amigos Pablo Soto y Sucre Féliz.

Si solemne fueron los días de tristeza en la Fundación Blandino de la Capital, así fue tu despedida en tu Padre Las Casas, que se volcó a la Iglesia del Carmen y el cementerio para enterrar a su hijo combatiente de la libertad.

Allí, en medio de tus hijas e hijos, familiares y amigos, dijimos entre otras palabras lo siguiente: “Hay muertos que nunca se van, que son eternos espiritualmente, porque sus huellas son perennes. Son como el agua que cae sobre la madre tierra. No mueren porque siempre están en el corazón del pueblo agradecido.”

Es posible que dos o tres personas no sepan aquilatar en su justa dimensión, esa cosa pequeñita que se llama libertad. Pues bien, si hoy hay una relativa libertad, se la debemos a muchos hombres y mujeres como Bernardo. Él me huele a libertad, a rocío. Bernardo es un Monte Bonito, me lo imagino oyendo a Fidel con el grito de Libertad de América en el Córvano, la Jarda en los Patios.

Ciertamente, esto que les digo no es una construcción romántica y poética de este servidor que tiene sueños poéticos. No señores y señoras. Es que él no se despegaba un receptor de pilas oyendo Radio Rebelde, de Cuba. Años después encontraría otro Bernardo, el doctor Narcisazo: le decía: “deja ese radio”. Y él contestaba: Por eso estoy informado. Hay muertos que son paradigmas de las mejores causas. Bernardo Segura es uno de ellos. Por eso, doña Melba Segura de Grullón, hijas e hijos, y todos nosotros, hemos continuado rindiendo honores al combatiente de la libertad. Porque honrar, honra.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas