El cuento de la Barrick Gold

Lo peor de este engorro que tenemos con la empresa minera canadiense Barrick Gold, ubicada en la mina de Pueblo Viejo, Cotuí, es que quienes se rasgan las vestiduras ahora imponiendo ley, orden y transparencia en sus operaciones, de cara al pueblo…

Lo peor de este engorro que tenemos con la empresa minera canadiense Barrick Gold, ubicada en la mina de Pueblo Viejo, Cotuí, es que quienes se rasgan las vestiduras ahora imponiendo ley, orden y transparencia en sus operaciones, de cara al pueblo dominicano, fueron algunos de lo que firmaron ese contrato con sus ejecutivos hasta sin leerlo. Ellos lo saben y el presidente Danilo Medina, también.

Siempre se supo que la Barrick Gold es otra de las empresas que han venido al país a lucrarse, chupar hasta lo incontable de nuestros suelos. ¿Nosotros?, bien gracias, hasta este momento en que la sociedad dominicana, por fin abre los ojos ante tantos atropellos y exige a la Barrick Gold y al gobierno que cuente a la sociedad en qué se basan sus operaciones de oro y plata extraídos desde el mes de agosto del año pasado.

En este momento, ciertas organizaciones y representantes de las zonas circundantes de Cotuí, exigen transparencia. Específicamente éstos últimos, quienes han denunciado en la primera sala del Tribunal Contencioso Administrativo, ordenar al Ministerio de Industria y Comercio que revele la cantidad de minerales extraídos. Según uno de los miembros de la defensa de estas zonas, Manuel María Mercedes, a las áreas afectadas por la empresa minera corresponde un 5% de los beneficios que deben ser entregados por el Gobierno dominicano.

Desde el pasado mes de febrero, y desde que el presidente Medina anunciara al país que los minerales y los recursos le pertenecen al pueblo dominicano, las manifestaciones en contra de la minera Barrick Gold y el interés en la revisión del contrato que firmaron con estos, otros compañeros de partido de la pasada legislatura están siendo más insistentes, debido a las condiciones de beneficio para una sola parte de los afectados.

Ni el pasado gobierno, ni otros sectores de la sociedad, escucharon las primeras voces que se alzaron en contra de la explotación de nuestros recursos. Fueron advertidos en su momento por ecologistas y defensores del medio ambiente, que manifestaron el daño irreparable para nuestro ecosistema en base a la destrucción de amplias áreas de bosque y contaminación de fuentes acuíferas.

Por eso me gustaría que el expresidente Leonel Fernández y algunos de sus funcionarios de entonces fueran tan amables de explicar al pueblo dominicano, las cláusulas reales de ese tramposo contrato que firmaron, y que ahora el pueblo exige y demanda saber. El asentamiento y explotación de la riqueza de nuestros recursos por la Barrick Gold nunca debió permitirse. Siempre actuamos cuando tenemos la bomba en las manos, casi por explotarnos a nosotros mismos.

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