Cuando la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) decidió organizar un debate entre los dos principales candidatos del actual proceso electoral me pareció una excelente idea.
Y eso así, porque con una actividad de esa naturaleza se le daba un giro interesante al proceso y se ponía a la población a conocer de manera directa las diversas propuestas de los candidatos para solucionar los problemas nacionales, y se mostraba de manera directa su dominio sobre los diversos aspectos de la vida nacional e internacional.
Lógicamente, todo evidenciaba que ante un debate de ideas, conceptos y propuestas programáticas, Danilo Medina se perfilaba como el gran ganador, pues el candidato del PRD, Hipólito Mejía, tiene serias limitaciones para articular un discurso coherente sobre cualquier aspecto; pero además ha evidenciado un gran desconocimiento de los principales problemas de la vida nacional.
Danilo ha sido claro y preciso al plantear soluciones en torno a los principales problemas que aquejan la nación dominicana, ha mostrado dominio amplio de la situación nacional e internacional, ha planteado salidas creíbles y eficaces frente a situaciones como el enfrentamiento a la pobreza, la creación de empleos, la implementación de un nuevo modelo de desarrollo, el papel de las pequeñas, medinas y microempresas y todo un conjunto de planteamientos programáticos que han cautivado a todos los sectores de la sociedad.
Hipólito, por el contrario, ha venido dando declaraciones y presentado propuestas erráticas y vergonzosas para alguien como él, que es un ex mandatario de la República. Hace unos meses llamó a no pagarle al Banco Agrícola, luego dijo que no pagaría las deudas del gobierno, le faltó el respeto al presidente de Estados Unidos y dos de sus principales colaboradores expresaron que al presidente del PRD, Miguel Vargas, deberían “darle un tiro” porque supuestamente no está integrado a la campaña.
Los estrategas de la campaña de Hipólito saben muy bien que él no puede enfrentarse a Danilo para discutir la problemática del país, porque no es a hacer chistes que se iría, sino a defender, promover y desarrollar ideas y propuestas.
Fue por eso que ellos plantearon que el debate fuese no entre Danilo e Hipólito, sino entre todos los candidatos que aspiran. Eso no fue más que la justificación para no asistir al debate y seguir haciendo una campaña basada en acusaciones sin fundamento e irrespeto contra los dirigentes del PLD y del gobierno.
Hipólito no quiso ir al debate porque no puede debatir con Danilo. Además, no puede prometer nada para el futuro porque sigue siendo el mismo que provocó durante su gobierno la más grave crisis económica, social y moral del país.
