Demócratas y republicanos ven futuro difícil

WASHINGTON (AP) — La reelección del presidente Barack Obama, junto con la mayoría republicana en la Cámara…

WASHINGTON (AP) — La reelección del presidente Barack Obama, junto con la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, han dado a ambos partidos la oportunidad de reflexionar, y quizá alterar, el profundo bipartidismo que ha impedido que Washington dé solucionó a muchos de los graves problemas que encara el país.

No será una tarea fácil. Ambos bandos sostienen, con cierta justificación, haber recibido un mandato de los votantes.

«Tenemos tanto mandato como tiene él», dijo el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.

El líder de la minoría republicana en el Senado Mitch McConnell fue mucho más frío en sus comentarios postelectorales. «El electorado no ha respaldado el fracaso o los excesos del primer mandato del presidente», dijo McConnell.

«Ha llegado el momento de que el presidente proponga soluciones con posibilidades de ser aprobadas en la Cámara de Representantes que controlan los republicanos», indicó, «y hacerlo de una forma que no usó en sus primeros cuatro años en el poder», agregó.

El electorado estadounidense decidió mantener a Obama en la Casa Blanca en un segundo mandato, aunque los republicanos siguen controlando la Cámara de Representantes y los demócratas el Senado. Los primeros pueden seguir bloqueando los proyectos de ley mediante tácticas dilatorias.

La situación es una paradoja. Los estadounidenses dijeron estar exasperados con las rencillas bipartidistas y el atasco legislativo producido por la división de poderes, que el año pasado puso a Estados Unidos al borde del impago de sus obligaciones soberanas, lo que podría crear pronto una nueva crisis. El estrecho margen de victoria logrado por Obama refleja acertadamente la división nacional, lo que hará muy difícil lograr grandes acuerdos al menos por otros dos años, y posiblemente más.

Todo presidente elegido dice contar con un mandato, y Obama puede mencionar los 1.000 millones de dólares que Mitt Romney y sus aliados republicanos gastaron en intentar derrotarlo. Empero, la campaña del mandatario estuvo basada en ideas relativamente modestas, con la promesa de ayudar a la clase media, que es una coalición de identidades, no ideología.

Quizá hayan sido unos comicios para mantener el estatus quo. Empero, si la Casa Blanca y los legisladores republicanos persisten en mantener sus planteamientos sobre impuestos y otros temas, arriesgan no solamente el bienestar nacional, sino también el legado tanto del mandatario como la oposición.

Obama, el primer negro elegido presidente, se ha sumado a otros ocho mandatarios desde 1900 que obtuvieron dos mandatos. Su primer logro importante —la reforma de salud conocida como «Obamacare»— no será derogado como había prometido Mitt Romney si llegaba a la Casa Blanca.

La oposición republicana de ambas cámaras no aportó un solo voto al Obamacare, la reforma del seguro médico ideada por la Casa Blanca y los demócratas,

«En las próximas semanas y meses, desearía trabajar con los líderes de ambos partidos para encarar los desafíos que solo podemos solucionar juntos», dijo Obama en su discurso tras la victoria.

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