El pasado jueves, por convocatoria del Ministerio de Energía y Minas, el salón de conferencias del CEI-RD recibió a legisladores, funcionarios gubernamentales del área minera y de asuntos fronterizos, expertos en minería y en energía, embajadores, empresarios, líderes comunitarios y público en general, para analizar los principales recursos mineros y energéticos hasta ahora conocidos en la frontera domínico-haitiana, y los pasos a dar para que esos recursos naturales sean aprovechados de manera racional, y sus beneficios puedan contribuir a reducir la pobreza y la deforestación que caracteriza a esta región excluida de los planes de desarrollo de la nación.
Los datos allí presentados indican que más del 80% de la población fronteriza vive en condiciones de extrema pobreza, y sirvieron de introducción para que en nuestra disertación hiciéramos énfasis en que el subsuelo fronterizo posee grandes riquezas en oro, plata, cobre, bauxita, sal, yeso, travertino, Larimar, piedra caliza y abanicos aluviales aptos para la producción de agregados de excelente calidad, así como aguas superficiales y subterráneas, dulces y saladas, suficientes para producir toda la energía eléctrica que demanda la región, faltando sólo las inversiones estatales que permitan crear las bases para las posteriores inversiones del sector privado.
Cerca de 5 millones de onzas troy de oro han sido identificadas en dos diferentes proyectos de exploración minera ubicados al norte de San Juan de la Maguana, y se sigue explorando en profundidad para sumar mayor cantidad de reservas auríferas, al tiempo que las exploraciones auríferas en Los Candelones, de Restauración, han evidenciado positivos resultados.
20 millones de toneladas de bauxita quedan en los depósitos de Las Mercedes y El Aceitillar, de las cuales casi 2 millones de toneladas fueron exportadas a China durante este año 2014, y más de 600 millones toneladas de yeso permanecen a la espera de una explotación a gran escala, pues las explotaciones de yeso siempre han sido tímidas y orientadas al consumo local de la industria cementera, pudiendo la zona ser suplidora de yeso para todo el continente americano.
La piedra caliza, principal mineral no metálico disponible en la zona fronteriza, ha sido muy poco aprovechada, y salvo las pequeñas explotaciones en Pedernales y en Cabral de Barahona, y las explotaciones en La Descubierta, a la piedra caliza no se le ha sacado ni el uno por mil del provecho que se le puede sacar para carbonato de calcio, cal, y agregados para construcción.
En materia de energía sólo tenemos las pequeñas centrales hidroeléctricas de Las Damas (23 millones de kilovatios-hora/año), Sabaneta (20 millones de kilovatios-hora/año), y Domingo Rodríguez (26 millones de kilovatios-hora/año), energía suficiente para suplir 20,000 hogares de clase media baja, faltando el aprovechamiento múltiple del río Artibonito, donde deben construirse las presas hidroeléctricas de El Corte I, El Corte II, Joca y Pedro Santana, las que en conjunto podrían aportar cerca de 200 megavatios de potencia, así como el necesario aprovechamiento energético del lago Enriquillo y sus manantiales vecinos, y la sustitución del uso de leña y carbón.
El parque eólico Juancho-Los Cocos, con una potencia instalada de 77 megavatios, puede abastecer a 100,000 hogares de clase media baja, faltando aprovechar el potencial eólico de Cabo Rojo-Pedernales; y el potencial solar de Jimaní-Duvergé, y el de Monte Cristi.
Los pueblos de la región fronteriza se hunden en una espantosa miseria que obliga a sus gentes a migrar hacia otra marginalidad urbana, no obstante tener disponible inmensas riquezas mineras y energéticas no aprovechadas, requiriéndose una cruzada nacional para el rescate económico regional de los pueblos fronterizos, mediante el aprovechamiento racional de cada recurso natural.
Agradecemos al Ministro de Energía y Minas, Lic. Pelegrín Castillo, la cortesía de invitarnos a disertar en el Foro sobre el desarrollo minero-energético fronterizo, para plantear soluciones que contribuyan al desarrollo regional, Foro que va a continuar en cada provincia fronteriza particular.
