Conocemos el dicho: “Los ojos que miran son comunes, pero los que observan son escasos”, y es porque aunque la vista es uno de nuestros cinco sentidos, la visión es una percepción del corazón.
La visión es la madre de la estrategia victoriosa, clave de grandes propósitos e imán que atrae a hombres de coraje, propulsora del esfuerzo y dedicación humanas.
La Palabra de Dios está llena de poder creativo; ¡con ella nuestro actuar está destinado a la grandeza! Dios nos llama a vivir Sus verdades para desbordarnos de los límites de nuestra visibilidad natural. ¡Y sólo al perderte en sus horizontes sabrás muy bien que el límite de lo que has visto, es sólo el principio de lo que has creído!
